La antigua cárcel municipal y su falta de reconstrucción

Lo corrobora el interesante ensayo Celda Carcelaria, del periodista Justino Cornejo, que en 1953 investigó los horrores de esa prisión y, además lo que le contaron los presos acerca de los asesinados que penaban.

Fue el primer edificio de hormigón armado que se construyó en Guayaquil en 1886, se incendió en 1896 y lo reconstruyeron entre 1902 y 1905 (edificio patrimonial actualmente).

Muchas personas de la vieja guardia, recuerdan el lugar porque ahí pagaron sus condenas avezados delincuentes, que llenaron las páginas de las crónicas rojas de los matutinos y vespertinos. Los vecinos del lugar manifiestan que los espíritus penan porque se oyen gritos espeluznantes, quejas, llantos… Lo corrobora el interesante ensayo Celda Carcelaria, del periodista Justino Cornejo, que en 1953 investigó los horrores de esa prisión y, además lo que le contaron los presos acerca de los asesinados que penaban: “Aparece un personaje y cuando uno se acerca se esfuma”, “Muchas veces hemos oído a Enrique después de que lo mataron en una celda” … Y así, la gente del pueblo siempre ha creído en apariciones de muertos.

En estos tiempos, han tratado de darle vida a la muerta cárcel municipal con proyectos que luego abandonaron. Intentaron crear un hotel para que se alojaran los familiares de los enfermos que se asilan en el Hospital Luis Vernaza, pero todo quedó en ofrecimientos; y es que pareciera que temen a los espíritus que allí penan aún.

Lic. César Burgos Flor