En el gobierno de Correa vi un documental en el MAAC Cine en que visitaban comunidades de indígenas, con engaños de días mejores para los jóvenes, convenciéndolos de explotar el petróleo y que no afectaría al ganado ni a sus ríos. Sus padres se oponían; en poco tiempo regresaban a sus comunidades, sabiendo la situación de sus familiares, ríos contaminados, niños desnutridos, pobreza. Ese mismo pueblo que admiramos dejó sin trabajo a su comunidad, destrozó mercados con vandalismo, dañó bienes públicos y privados. De la admiración vino el rechazo. No piden ni conversan, exigen; quieren causar caos en un país que recién se estaba activando tras la pandemia.

Laura Gómez Serrano