“En su momento, la sociedad civil y los gobiernos atacaron, con una saña que no hemos visto muchas veces en la historia, a las personas que estaban atravesando la enfermedad (VIH). Pero el arte reaccionó contra esas adversidades”, reflexiona el fotógrafo mexicano Óscar Sánchez Gómez.

Durante más de treinta años, el artista ha plasmado en imágenes su estado serológico y su uso de antirretrovirales. Sus piezas incluyen potentes fotografías en las que se retrata a sí mismo con las cajas de los medicamentos que lo mantienen vivo, y su cambio físico a través de los años.

“Es importante para entender qué tipos de experiencias están atravesando el cuerpo por los estigmas sociales y por la reacción a los antirretrovirales”, señala.

Las obras de Sánchez Gómez y otros ocho artistas latinoamericanos son el eje de Positiva, muestra colectiva y residencia de creación que abrió sus puertas en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de la capital.

La exposición inicia con un enorme mural elaborado a base de fechas que marcan temas como el descubrimiento y el devastador auge de la enfermedad, la extensa lucha por hallar un tratamiento médico y la lenta adquisición de derechos para quienes vivían con VIH.

“Las fuentes y archivos relacionados a la memoria de las personas seropositivas han sido borradas o eliminadas sistemáticamente hasta la actualidad”, indica la pieza, ubicada al ingreso de la sala.

La muestra, en la que participan Sánchez Gómez, Luis R. Herrera, Juan de la Mar, Juan Coronel, Camila Arce, Rodrigo Ortega, Luis Núñez y Andrea Alejandro Freire toma esa ruptura con estados, gobiernos y memoria para abordar el tema a través del videoarte, instalaciones, fotografías y dibujos, logrando una exposición que golpea al público con una fuerza inesperada.

Los creadores arribaron desde Argentina, Colombia, Costa Rica, México y Chile. Llegaron con piezas propias y también desarrollaron una individual ya en el museo como parte del formato de residencia.

Una de estas consiste de cuatro videos, en los que la argentina Camila Arce habla con mujeres seropositivas sobre sus experiencias con la enfermedad y el activismo. Estas residen en distintos países y abordan temas como las reacciones a la noticia de padecer VIH, el dolor de la maternidad, el estigma social y el arribo a la lucha por sus derechos.

En una de estas conversaciones, el artista ecuatoriano Andrea Alejandro Freire ofrece no solo una mirada íntima a su cotidianidad, sino también una lacerante inmersión a la relación del VIH con lo femenino: “Los hombres que viven con VIH son héroes, las mujeres en cambio, son putas que además, contagian a sus hijos”, reflexiona.

Así mismo, otras obras abordan los efectos de los retrovirales y el contagio a través de la transfusión de sangre.

Positiva se podrá visitar hasta septiembre en el CAC. A la par, se alista una agenda de actividades educativas que se llevarán a cabo en el marco de la muestra y que se difundirán a través de las redes sociales del museo.

Imaginar una cura

“La agenda del CAC este año está pensada bajo la premisa de generar diálogos con grupos que históricamente han tenido distancia con el CAC y otros museos, y con el contexto latinoamericano”, explica Santiago Ávila, responsable de exposiciones y programas públicos del museo.

Este explica que la idea de hablar del VIH desde el arte surgió en 2016 desde el proyecto editorial Lasicalíptica, y se ha mantenido en el tiempo. Este año, el CAC colaboró con el proyecto para plantear una muestra sobre cómo viven los cuerpos con VIH en la región y cómo desde el arte se pondría en valor sus vidas y experiencias.

El trabajo en conjunto de los artistas partió de la pregunta de cómo imaginaban la cura del VIH.

Anthony Guerrero, curador de la exposición, explica que la idea, sin embargo, no es un planteamiento idílico, sino más bien un acto de resistencia.

“Es un acto político que se resiste a la negligencia de estados que deciden qué vidas merecen ser vividas, como un gesto que visibiliza nuestras existencias, acoge nuestro dolor, y propaga nuestro deseo”, indica en su texto de apertura.

En ese sentido, ¿Qué nos depara el futuro? es una de las obras más potentes es. Montada sobre un fondo rosa intenso, esta instalación ofrece al público una cajonera, donde puede extraer un papel que contiene reflexiones de los artistas con respecto a un mañana, que puede no llegar.

Nombrar lo que se oculta

Paula Jácome, directora ejecutiva de la Fundación Museos de la Ciudad, indica que Positiva busca aportar a la transformación de Latinoamérica en un territorio seguro, amable y acogedor para las personas que viven con VIH. Esta es también una apuesta por “el acceso a los derechos culturales, sobre todo para aquellas comunidades que han sido históricamente invisibilizadas”.

La funcionaria agrega que propuestas como esta buscan soñar futuros en los que todas las vidas importen y en donde se transforman cada una de las relaciones sociales que nos impiden exigir una respuesta global, en este caso, al VIH.

Para el artista Sánchez Gómez, la muestra es también un grito al vacío. “En esta exposición, en esta reunión de voluntades artísticas en torno al VIH, acordamos alzar la voz, que es un deseo de demandar la cura”, dice.

La exposición se puede visitar de forma gratuita de miércoles a viernes de 09:00 a 16:30, y los fines de semana de 10:00 a 17:30.

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