En 2012, Simón Gangotena, Rodrigo Becerra y Felipe Cisternas fundaron la plataforma cultural InConcerto, con un único objetivo: acercar la música clásica a la gente.

Era un concepto novedoso para la época, y los artistas, junto a un ensamble invitado, empezaron a montar conciertos espontáneos en parques, plazas, mercados, hospitales, casas de acogida y prisiones.

Más de una década después, los tres fundadores partieron hacia otros proyectos, pero InConcerto siguió, esta vez de la mano de Tadeo Gangotena y Gabriela Navarro, quienes contribuyeron a ampliar las aristas de la plataforma, para no solo a través de recitales sino de investigación musical y presentaciones in situ, promover la generación de nuevos públicos y la educación musical.

“No solo queremos que la gente vaya a un concierto, también llevar la música hasta donde están. Sacar la música de los teatros es una forma muy necesaria de ‘deselitizarla’, mostrarle a la gente que la música clásica no es acartonada y para unos pocos, sino que es amigable y accesible”, explica Isabel Paredes, productora de la plataforma cultural.

Ese ímpetu en la cercanía ha hecho que el colectivo continuamente expanda sus áreas de intervención a través de propuestas como el festival Música Ocupa, que este año se realizó en espacios poco convencionales de Quito y Loja; Música Ocupa Migra, que se enfoca en la movilidad humana y se ha presentado a nivel nacional; además de talleres que se dictan en escuelas y colegios con el fin de interesar a los jóvenes en la música.

A la par, el eje de investigación se ha centrado en las mujeres y sus logros, rescatando las composiciones de artistas nacionales previamente desconocidas o invisibilizadas.

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Disonancias: relato de mujeres en lo sonoro este año se realizó junto al Museo del Carmen Alto.

“Es un trabajo de largo aliento que venimos haciendo desde 2021 y cuyo fin es ampliar la presencia de las mujeres en la música... Queremos mostrar que siempre estuvieron ahí, colaborando, componiendo, tocando instrumentos”, agrega Paredes.

El principal reto para mantener el proyecto vigente ha sido la generación de fondos. Para ello, varias propuestas han sido financiadas con apoyo estatal, municipal y privado.

“Una meta que tenemos es que todos nuestros conciertos sean gratuitos. La taquilla inversa, en la que el público colabora con un valor, ha sido importante porque ha ayudado a poner en valor el arte”, dice. 

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