Luego de los hechos violentos del 9 de enero (cuando un grupo de terroristas ingresaron a TC), el comunicador José Luis Calderón debió recibir atención psicológica para superar que su vida estuvo en peligro de muerte. Él fue amenazado con una carabina en el cuello y con explosivos por delincuentes con un gran prontuario.

Pero lo más duro fue escuchar las súplicas de sus entonces compañeros. Por ahora permanecerá en Ecuador, reflexionará sobre lo vivido y considera que no hay garantías para desempeñar el oficio. Por ello sorprendió con su renuncia a esa empresa televisiva.

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“Los periodistas debemos salir con chalecos antibalas, definitivamente es complicado imaginar que podemos ser blanco de la violencia, que es difícil de controlar”. Aunque está divorciado, tiene padres y hermanos. Laboró 23 años en TC.  

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