Su madre, líder de algunas marcas de productos cosméticos, de alguna manera fue su inspiración. “Ya desde los 15 años tenía el proyecto de tener un spa”, confiesa.

Administrar la peluquería familiar le hizo descubrir la necesidad de contar con servicios adicionales como depilación, limpieza facial, masajes. Pero ella no tenía el conocimiento para brindarlos, así que decidió estudiar Cosmetología por dos años en Guayaquil y luego se perfeccionó fuera del país.

Hoy en día mira con orgullo esos logros que han superado en mucho sus expectativas. El abanico de su oferta no solo consiste en servicios de cuidado y belleza de alto nivel en tratamientos de rejuvenecimiento faciales; también incluye tratamientos corporales como los reductores, servicios de peluquería, coloración vegana en tintes, servicio de Pilates y ejercicios dirigidos por profesionales.

“El servicio personalizado, la atención exquisita, el ambiente agradable y confortable hacen que lo que aquí se vive sea la experiencia de un spa con una alta calidad de los productos”. Eso, insiste, marca la diferencia.

Entre sus mayores satisfacciones está la fidelidad, confianza y reconocimiento de sus clientes que se ha hecho evidente con el tiempo. “Me complace, además, formar nuevos emprendedores que nacen de mi negocio y que desean emprender el suyo propio vinculado con el mundo de la belleza”.

El futuro luce halagüeño. La constante actualización de conocimientos mediante seminarios y congresos internacionales, en línea o en forma presencial, se convierte en herramienta poderosa. La innovación, sostiene, es su principal puntal.

“Muchas cosas han cambiado desde mis inicios. Empecé con un local alquilado 68 metros cuadrados, actualmente tengo uno propio de más de 300 metros cuadrados. Antes tenía dos colaboradores, hoy son ocho y hemos incrementado más servicios”, reconoce.

Pero ahí no terminan sus sueños. Expandirse a otros puntos forma parte de sus proyectos. Y en lograrlo trabaja en el día a día.

Antes del maquillaje, no olvides:

1. Limpiar la piel con los productos adecuados: leche limpiadora para pieles secas y jabón líquido para las grasas.
2. Exfoliar para eliminar células muertas y dar luminosidad a la piel.
3. Utilizar un tónico a manera de tecleo en todo el rostro, siempre de acuerdo al tipo de piel.
4. Recomiendo usar sueros hidratantes: se absorben rápidamente y ayudan a mantener la piel hidratada.
5. No olvidar el protector solar, aunque hay bases de maquillaje que ya traen un factor de protección hasta FPS25.