'Yo soy tu padre' es el especial digital preparado por EXPRESO en el Día del Padre para reconocer la figura paterna dentro de la familia y abordar cómo este rol ha ido evolucionando con el tiempo, compaginándolo con las áreas que escogieron para sus vidas: desde la política, el deporte y el emprendimiento, hasta la música.

Duval Salazar se ha dedicado a la danza profesional desde su adolescencia, sin embargo, desde hace 8 años, el más grande reto que le ha tocado vivir es convertirse en padre soltero, pero en su día a día es lo que más ama hacer.

Desde los 29 años Duval deseaba ser papá. Pensaba en el amor que tenía para dar y en que quería dejar un líder para que continúe con todo lo que había logrado hasta el momento, y es que Duval es el dueño de ‘Yo Dance’, una empresa comprometida con la danza.

Duval creció en un barrio al que él ha llamado “complicado”, y donde los recursos económicos era un pesar de todos los días, sin embargo, su distracción y hobbie era ver una y otra vez los videos de bailes que pasaban por televisión, y a partir de ahí todo cambió.

Hasta las horas de la madrugada eran buenas para practicar y aprender observando. A los 17 años dejó todo para dedicarse solo a la danza y eso le sirvió para que a sus 19 años ser becado en Estados Unidos en el Millennium Dance Complex, donde obtuvo su título de coreógrafo y así en el 2010 abrir la primera academia de hip hop del país.

Su pequeño hijo, quién también se llama Duval, se crio junto a los adultos de la academia. Su padre dice que nunca lo ha obligado a que le guste la danza, pero que el niño “desde chiquito se movía por su cuenta”. Lo único que le ha enseñado es que todo lo que él tiene le pertenece al pequeño Duval.

Aunque su vida ha estado envuelta en la danza y en la academia, Duval desea que su hijo tuviera “más cosas de niños”, es por eso que cuenta cómo se sientan juntos a jugar videojuegos, y que su carro está lleno de lápices de colores y juguetes, “porque esa es la vida de ser padre” asegura.

Cuando llegan juntos a su academia ubicada en la Garzota, al norte de Guayaquil, su pequeño imita todo lo que su papá hace. Verifica que el lugar esté limpio y que se prendan las luces. “Yo soy el dueño de Yo Dance” dice el pequeño que se identifica con la empresa.

Desconectar con su hijo es algo que ama hacer, sabe que no es necesario preocuparse mucho por ‘Yo Dance’ porque funciona solo. Juntos son el “Equipo Doble D”.

Su hijo ha participado en apenas un concurso de danza dentro de la academia, pero como era de esperarse, se llenó de aplausos y se convirtió en ganador.

Duval demuestra que la paternidad no es una cuestión de estereotipos, sino de la combinación del compromiso, la dinámica, la diversión y el amor.

¿Qué pasará con el futuro del 'Yo Dance'?

Pues si bien, al pequeño Duval le fascina saber que será el que lidere este proyecto, todavía faltan muchos años para que pueda hacerlo en solitario. Por ello, el reto es transformarse en una proyecto global. 

Durante la pandemia lograron tener a casi tres mil estudiantes de toda Latinoamérica en sesiones de streaming, y el plan es que United World Dance, el programa internacional del estudio de la danza del cual Duval es el fundador y CEO, y que actualmente abarca a 11 países, siga creciendo y cruzando más fronteras intercontinentales.