“Por san Isidro la cosecha tiene color”, son entre las frases que se escuchan de los feligreses en la parroquia Picaihua, a 15 minutos del centro de Ambato.

En este sector del sur de la capital de Tungurahua, desde finales de diciembre y hasta el 16 de enero celebran a su patrono, san Isidro Labrador. “Es quien nos provee de las buenas cosechas. Nos transmite esa humildad de hacer el bien sin mirar a quién. Pero en especial a amar la tierra”, expresa Omar Pico, quien en 2019 fue prioste de la festividad.

Rommel López, presidente del Gobierno Parroquial, menciona que por más de 100 años se realizan las fiestas en honor a san Isidro y reúne a miles de feligreses de todas partes de la provincia y el país.

Este sábado 14 se cumple el Festival del Folklore, desde las 14:00, en la Plaza Cívica. Este domingo 15, es la feria artesanal y de platos típicos. El lunes será la pasada de flores y ceras de los priostes. El martes, la misa en honor al patrono (10:00).

El párroco Ricardo Criollo contó que de acuerdo a la historia san Isidro quedó huérfano de padre y madre a los diez años y como sabía trabajar en el campo, se empleó de peón. Sus padres le enseñaron temer a Dios y el amor y caridad al prójimo.

Sus parcelas también producían más que el resto. Cuando murió, su cuerpo fue exhumado 46 años después y lo encontraron impoluto.

El párroco cuenta que incluso llevaron sus restos hasta el palacio del rey Felipe III, quien estaba enfermo de gravedad, pero se sanó apenas ingresó el cadáver de san Isidro. En 1622 fue declarado santo.