Charlene de Mónaco (45 años) reapareció para presidir el Gran Premio de Fórmula 1. Minutos antes de comenzar la carrera ella hizo su aparición pública. Luciendo su nueva melena castaña, la sudafricana confirmó gracias a su elección estilística cual es su firma de lujo favorita.

La esposa del príncipe Alberto ha encontrado en Akris su mejor aliado para cualquier ocasión. Desde hace meses esta marca suiza es parte de su vestidor para llevar looks cargados de sofisticación, minimalismo y tendencia de Alta Costura.

Charlene apostó por un elegante y primaveral vestido largo de corte recto y sin mangas en azul marino que cuenta con un llamativo estampado a rayas que recordaba a los colores del arcoíris, según la firma inspirado en la obra de arte We are poems, de Ugo Rondinone.

Confeccionado en un tejido de georgette de seda, el plisado de las rayas en la parte delantera crea un bonito y favorecedor movimiento, que lo convierte en una pieza muy versátil para todo tipo de figuras. Además, cuenta con aberturas laterales que dan un toque más fresco y sensual al look y que, en este caso, dejaron al descubierto unos bonitos salones azul klein que combinaron a la perfección con el traje.

Charlene reafirma que el low cost (precio inferior o bajo costo) no es para ella, y es que la princesa de Mónaco prefiere apostar por prendas de lujo.

En 2022 se convirtió en la royal que más dinero había gastado en ropa con un total de 793.000 dólares frente a los 233.000 de Kate Middleton, una información muy llamativa teniendo en cuenta que la agenda institucional de Charlene es mucho más reducida que la de la princesa de Gales.

Con un rostro sin expresión

Durante la carrera, a nadie le pasó inadvertido el rostro congelado de Charlene de Mónaco, casi impenetrable, sin expresión ni emoción. Los pocos momentos de interacción con el príncipe Alberto eran provocados por el propio monarca y tampoco obtenían una respuesta demasiado entusiasta.

Seria, con la mirada perdida y sin sonreír. Tan solo tuvo un gesto más relajado cuando entregó el trofeo al piloto español Fernando Alonso, que finalizó la prueba en segunda posición. Y, posteriormente, en el ‘backstage’ del circuito, con sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, de ocho años.