El domingo 26 de marzo se desarrolló la gala de premiación de los India Catalina en Cartagena, Colombia. Estos galardones reconocen el trabajo de lo mejor de la TV de ese país. Una de las nominadas fue la presentadora ecuatoriana Andrea Bernal, quien laboró en Ecuavisa y que lleva viviendo en esa tierra casi 15 años. Aspiraba a convertirse en la mejor presentadora de Colombia. 

Ha sido reportera, entrevistadora y ha dirigido espacios de opinión, análisis y debates en televisión; además, obtuvo el premio Simón Bolívar 2018, en la categoría mejor entrevista en TV.

Ahora Andrea, en representación de 'Noticias RCN', del canal RCN, competía con Claudia Palacios y otros comunicadores. Claudia ganó. “Los India Catalina son como los Óscar en Colombia. Premian actores, telenovelas, noticieros, presentadores... Ha sido superchévere estar en la gala. Por primera vez fui aspirante a un India Catalina”, comenta Andrea. Aunque no se llevó la estatuilla, logró estar postulada y eso ya es un mérito importante.

No faltarán los que se pregunten quién es Andrea Bernal. De todo da la mata. Sin embargo, si Alejandra Jaramillo, quien también es nuestra compatriota e integrante del programa Siéntese quien puede, se rasca la nariz, la misma prensa rosa lo vuelve noticia de inmediato. No podemos volvernos los relacionistas públicos de la Caramelo.

Ambas pertenecieron al mismo canal, pero les dan tratamiento diferente. La expresentadora de 'En contacto' acaba de entrevistar a Don Francisco. Un momento que ella definió “como uno de mis favoritos en mi carrera. Nada de esto hubiera pasado si no hubiera sido por Julián Gil (el presentador del reality de farándula) que lo llamó y le dijo Don Mario, por favor, atiéndala”. Chévere por la entrevista, chévere compartir con diversos personajes. Eso es lo lindo del periodismo, nos da la oportunidad de conocer a mucha gente y lugares, de estar en eventos.

Pero nosotros no somos los protagonistas, es el entrevistado, esa es una regla básica. Claro que se siente admiración por gente talentosa, pero tampoco podemos perder la objetividad, volvernos fans (de paso llevó al papá) y olvidarnos que esas notas son parte de nuestro trabajo.