Las interminables columnas de carros que se atascan en la avenida Domingo Comín se han convertido en el dolor de cabeza para conductores y quienes residen en las diferentes ciudadelas del sur de la ciudad.

Uno de los puntos conflictivos está cerca del ingreso al mercado Caraguay. Allí, la fila de automotores se forma en los dos carriles.

“Es desesperante transitar principalmente a las 19:00, cuando muchos van hacia el centro de abastos para adquirir mariscos a menor precio. A veces hay agentes de tránsito realizando los controles, pero no siempre se cuenta con la presencia de ellos”, menciona Carlos Becerra, un ciudadano que dice estar cansado de caminar en medio del caos.

A pocos metros el panorama se complica, cerca de las ciudadelas Nueve de Octubre y La Pradera 1 donde hay paradas del sistema de transporte Metrovía. Para los usuarios es un calvario cruzar la calle, ya que el semáforo es irrespetado por los conductores de autos y motocicletas que continúan la marcha sin importar que el peatón esté pasando la vía.

El caos vehicular es tan pesado especialmente cuando llueve, ya que los carros avanzan lentamente. En muchas ocasiones, los agentes de tránsito que realizan los controles en la zona tienen que habilitar los carriles exclusivos de la Metrovía para dar algo de fluidez al tránsito.

A criterio de los conductores, los problemas lo generan los vehículos pesados que usan esa arteria de carriles angostos para llegar a las industrias que están ubicadas en la avenida.

La Domingo Comín inicia en la intersección entre las calles El Oro y Eloy Alfaro, se extiende hacia el sur y se pierde en el Guasmo.