A las 14:00 de este martes 4 de abril, se realizará la procesión con la cruz que saldrá desde la catedral de Santa Elena hasta el balneario de Ballenita. El acto es coordinado por la diócesis de Santa Elena.

Son seis kilómetros de recorrido. La vía que une a estas dos localidades será cerrada en un carril para que los feligreses no tengan inconvenientes con el tránsito vehicular. Luego del acto en el mar se efectuará la misa campal.

“El Baño de la Cruz es el contacto del hombre con el mar y Dios”, dijo el religioso Stalin Vera.

La primera vez que se dio este evento fue el martes 6 de abril de 1971, según consta en los archivos de la biblioteca del Municipio de Santa Elena. La fecha también fue corroborada por los familiares del salvadoreño José Napoleón Nativí Ventura, quien trajo la tradición que se realiza en el país centroamericano.

Dagoberto Nativí, hijo de José, narró que su padre, un catedrático, llegó a laborar a Ecuador en 1955 y decidió radicarse en Guayaquil. En sus vacaciones acudía a los balnearios de la Península en donde hizo varios amigos.

En 1971 llegó a la ciudad de Santa Elena a dictar cursos en época de Semana Santa. Fue entonces que para emular una de las celebraciones que realizaba en El Salvador, pidió la autorización a la Vicaría Episcopal de esta zona y junto con sus amigos, alumnos y los pescadores de Ballenita realizaron el acto de fe.

Al vicario de Santa Elena de ese entonces, monseñor Enrique Julhes Mijoule, sacerdote de nacionalidad francesa, le pareció fabulosa la idea. Fue así que empezó la que hoy es una de las tradiciones católicas más grandes de la Península.

Los descendientes de José han fijado su residencia en la comuna Palmar y todos los martes santos acuden al acto de fe.

El octogenario Rosendo Yagual, morador de Ballenita, recuerda que su padre fue uno de los primeros pescadores que participó del rito. En Ballenita eran muy pocos los habitantes y todos con sus familias participaban de la ceremonia.

“El martes santos es un día sagrado para nosotros, antes acudía poca gente, ahora son miles. Es que bañar la cruz en el mar es como limpiar los pecados que a diario cometemos. Asímismo se le agradece a nuestro Creador por los alimentos que nos regala el mar”, relató Yagual.