Inspirado en la obra ‘La noche estrellada’, del pintor Vincent van Gogh, el artista plástico Ernesto Rodríguez García contribuyó con un mural en la cooperativa San Francisco, noroeste de Guayaquil, donde decenas de niños departieron ayer en la Jornada Comunitaria Jóvenes por la Paz, que se desarrolló en la cancha de Manito.

La actividad, que buscó llevar paz a un sector donde grupos violentos se disputan territorios para el cometimiento de hechos delictivos, lo que el pasado 16 de julio provocó la muerte de dos hermanos de 6 y 10 años, estuvo coordinada por el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH). Y contó con el apoyo de Acnur, Misión Alianza de Noruega, Red del Noroeste, Consejo Noruego para los Refugiados y el Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes (GTRM) Guayaquil.

“La luz de la juventud no debe apagarse. Debe permanecer brillante, sin importar lo atrayente que nos pueda parecer la noche”, manifestó el pintor guayaquileño.

Billy Navarrete, quien lideró la jornada como director ejecutivo del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos(CDH), dijo que la actividad busca generar integración en esta comunidad.

“La vida de 45 niños y jóvenes apagada en medio de la violencia criminal evidencia la falta de una política integral de seguridad ciudadana, lo que deriva en una creciente violencia estructural, que es notoria también en la desnutrición infantil”, expresó en medio de la algarabía de los niños.

Rita Moreira, una de las habitantes más antiguas, detalló que en el sector residen al menos 33.000 familias, unas 170.000 personas, quienes buscan que exista seguridad y no vuelvan a ocurrir hechos como la muerte de los niños, quienes fueron las víctimas colaterales de un ataque a un pariente que también fue asesinado.

Durante la jornada, cerca de un centenar de niños y jóvenes, que residen en la San Francisco 1 y 2, departieron en encuentros de indor fútbol, bajo la dirección de los entrenadores Patricio Recalde y Alexandra Bajaña.