Darle vida a los afluentes que bañan a los cantones del Gran Guayaquil ha sido la petición por varios años de urbanistas y planificadores urbanos, y que EXPRESO ha hecho eco en diferentes reportajes con miras a tener ciudades más habitables. Samborondón dio el primer paso este sábado 26 de septiembre, con el desarrollo de una ruta fluvial sobre el río Babahoyo denominada la ‘Vuelta Ancestral’.

Un recorrido en el que, a través de 47 lanchas y con máximo 10 pasajeros en cada una, decenas de jóvenes y adultos, incluso de otras ciudades, se embarcaron con el propósito de conocer la cultura, lugares y hasta aves emblemáticas que tiene este cantón y que en, la mayoría de los casos, las desconocían.

Ellos partieron desde el muelle, situado junto a la Plaza Cívica en la cabecera cantonal, y comenzaron la aventura que, dijeron, era la deuda pendiente que las autoridades han tenido y tienen aún con la ciudadanía. Pero antes del embarque fueron despedidos con una presentación artística a cargo de bailarines, quienes reflejaron la identidad del pueblo de Samborondón.

“Reactivar el turismo es algo hermoso, que necesitamos y qué mejor manera de aprovechar los recursos naturales. Esto no debería darse solo aquí, en estas aguas, sino también en toda la provincia y el país”, señaló Carmen Flores, una de las participantes que pudo conocer atractivos como el árbol frutal samán, que tiene más de 100 años y es considerado un símbolo de lucha de los habitantes.

El trayecto comprendía cinco estaciones donde los turistas pudieron, además, llegar a otros sitios como el Astillero. Allí apreciaron los procesos de construcción y restauración de las canoas e incluso dialogaron con algunos pescadores artesanales que estaban en las riberas.

Para el vicealcalde del cantón, Carlos Alvear, este proyecto no solo tiene como fin darle vida al río, sino mantener la actividad de trasladar a los habitantes de diferentes recintos y parroquias. 

No obstante, uno de los pedidos que hizo el canoero Freddy Reyes a las autoridades fue el equipamiento de casetas en las embarcaciones para dar un mejor servicio a los turistas.

“El alcalde ya lo sabe, al igual que la adecuación de un local en el muelle ‘Los Barquitos’ para recibir cuando lleguen los marinos o policías”. 

Las embarcaciones tienen capacidad hasta para 40 personas, pero en esta ocasión solo se transportaron a 10. Todos portaron chalecos salvavidas. El precio de los canoeros dependerá del tiempo, pero se ha fijado un costo de $ 2 por persona.