Guayaquil celebró una mañana gloriosa al pie del monumento a la Fragua de Vulcano, en el centro de la urbe, este 9 de octubre, fecha que rememora la independencia del Puerto Principal.

Decenas de enérgicos guayaquileños se levantaron más temprano de lo usual, unos a las 03:00 y otros una media hora antes de que el reloj marque las 05:00, hora en que dio inicio a la conmemoración de los 203 años de independencia de la ciudad.

En el monumento ubicado en la Plaza de la Administración se realizó, como es costumbre, el ‘Saludo a la Aurora Gloriosa’, donde se rememora el heroísmo de quienes lucharon hace más de dos siglos para que Guayaquil amanezca libre.

El evento estuvo marcado por decenas de personas, unos con saco y corbata, y otros con la tradicional guayabera que caracteriza al guayaquileño.

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Al lugar llegaron tanto ciudadanos promedios, cómo figuras políticas de la actual y previa administración, como el burgomaestre Aquiles Álvarez y la vice alcaldesa, Blanca López.

Pero una de las figuras que llamó la atención, fue la presencia de Gloria Gallardo, quien estuvo en primera fila, observando el desarrollo del evento, pero esta vez como una espectadora más, y no como parte del Cabildo.

Mientras el resto de la ciudad dormía, los tambores, trompetas y violines de las bandas invitadas resonaban en el centro de la ciudad, donde primero intervino la orquesta del colegio República de Francia, para luego sean entonadas las melodías del Himno Nacional.

Después de la entonación del cántico, intervino Fernando Mancero, historiador y miembro de la Fundación Bienvenido Guayaquil (ente organizador del evento, que cumple su décimo quinta edición) y Melvin Hoyos, director de la Unidad Técnica de Patrimonio Cultural (UTPC) del Municipio, dedicaron unas palabras, ambos recordando la importancia del evento y el elemento clave que otorgó libertad al Puerto Principal, su pasión por la Perla del Pacifico.

Mancero además sugirió que el Saludo a la Aurora Gloriosa sea declarado un patrimonio del Puerto Principal.

Para guayaquileños como Néstor Escandón, quien participó del encuentro por tercera ocasión, la idea es más que necesaria. “Este ‘Saludo’ es tan importante como nuestros monumentos, es parte de nuestra historia e identidad. Esa muestra de civismo que todos debemos fortalecer. Es más, sería increíble que los guayaquileños vengan siempre a este acto o lo hagan por lo menos una vez. Aquí hay nostalgia y orgullo”, dijo, apoyando la idea del historiador. 

Álvarez les siguió a los dos oradores con un breve discurso de la misma temática, que después de su culminación se prendieron las antorchas y se entonó el himno al 9 de Octubre.

Durante la congregación se visibilizó tanto la presencia de resguardo privado, como la presencia de una decena de policías y un puñado de militares.

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