En todas las novenas que se realizaron en la iglesia Nuestra Señora de las Mercedes se vieron a las esposas y madres de los pescadores rezándole a san Pedro para que los proteja de los piratas que asedian a los más de mil pescadores artesanales que diariamente salen a faenas de pesca.

(LOS INVITAMOS TAMBIÉN A LEER: Una escuela de cocina en Guayaquil le abre espacio al horno manabita)

Fue tanta la necesidad de la ayuda del patrón de los pescadores que hubo dos procesiones, la primera que se realizó el 18 de junio de 2023, por las calles de la ciudad, con la que se iniciaron los festejos de San Pedro pescador, y la tradicional procesión marítima que se cumplió el jueves 29, el día de las fiestas patronales.

“Nuestras ansias de que el santo nos proteja nos llevaron también hace un año a hacerle una capilla en la plazoleta que está en el mercado, donde antes de partir hacia alta mar le rezamos al santo para que nos permita regresar con vida”, dice el pescador Pedro Yagual, que no le teme al embravecido mar, pero sí a los piratas que, con armas sofisticadas, les han quitado sus herramientas de pesca.

Zenaida Cruz le pidió al apóstol le quite la angustia de vivir todos los días con el temor de que sus esposos e hijos, todos pescadores, les ocurra algo, como ya les ha pasado a muchas familias de pescadores.

(LOS INVITAMOS TAMBIÉN A LEER:   Comunidades de Imbabura festejan el Inti Raymi)

Las ofrendas a san Pedro han sido artes de pesca, miniembarcaciones, especies marinas, el pan y el vino, para que estos productos no falten en el mar ni en la mesa, dice Carmen Jordán, esposa de pescador.

Tras la misa celebrada en la capilla de la playa, se inició la procesión marítima, que recorrió, durante tres horas, las zonas de pesca y los lugares asediados por los piratas, donde se bendijo el lugar.