Guayacos es una sección en la que contamos historias de los habitantes de Guayaquil, vidas que alimentan y hacen más rica esta ciudad. Relatos que ayudan a conocer mejor la madera de la que están hechos.

Antes de que el coronavirus aterrizara en Guayaquil, provocara múltiples pérdidas irreparables y obligara a la ciudadanía al confinamiento domiciliario, Paula Guerrero trabajaba en lo que más le gustaba: la animación de fiestas infantiles.

Desde hace seis años, esta guayaquileña de 28 años de edad, organiza, adorna y festeja con disfraces, títeres y juegos, los cumpleaños de los más pequeños de las casas. Pese a que el virus en marzo impidió la realización de fiestas, ella no se detuvo.

Acoplándose a la 'nueva normalidad', Pau, como la llaman en su casa, trasladó su animación a la forma virtual; a través de Zoom y con una particularidad más, de forma gratuita.

“Cuando llegó la pandemia y supe que era un momento difícil para todas las familias, que los niños estaban asustados, decidí vestirme de Paurainbowstar, el personaje que creé para mis shows, y llevarles diversión. Lo hago para que todos en casa se distraigan”, le cuenta a EXPRESO, mientras luce su peluca rosada y su vestido brillante de arcoíris. 

Empezó esta entretenida acción en abril pasado, con transmisiones en vivo a través de su cuenta de Instagram y Facebook. 

“Me disfrazaba como en las fiestas; Elsa de Frozen, Cenicienta, Blancanieves, de la hija de Maléfica. Y desde las 17:00 que empezaba con los niños, terminaba a las 23:00 la fiesta con los adultos. En estos en vivos hacíamos manualidades como linternas mágicas, concursos, juegos, entre otros”, detalla.

Los padres que veían estas transmisiones, empezaron a pedirle fiestas virtuales para los cumpleaños de sus hijos. Fue entonces que decidió dar celebraciones gratuitas por Zoom. “Mi hijo Mauro, el mayor, de 13 años, me ayuda cuando son fiestas de cumpleaños. Él también se disfraza. A veces de Pepa o de Mickey Mouse, con su participación más niños quieren estar en la fiesta y participar en todos los juegos”, cuenta.

En cada video, transmisión en vivo y celebración de cumpleaños, por donde se conecta con las familias, Pau canta, baila, realiza juegos como paramelamano, quién me trae, karaoke, entre otros. Da vida a chanchitos, lobos y otros títeres de peluche, a través de una teatrín. Hay luces de colores en su alrededor y música en su ambiente.

Sin embargo, el espacio desde donde realiza cada celebración, es la habitación de sus dos hijos, en su casa ubicada en el barrio Centenario. El cuarto tiene unos siete metros cuadrados. Una litera y una cama ocupan el 95 % de su dimensión y en el estrecho lugar que le queda para su animación no caben dos personas. Pero así es feliz, porque ella tiene su rincón para seguir con su divertido trabajo y llevar alegría a los niños.

A la semana, Pau tiene de 2 a 3 pedidos de fiestas. Estos requerimientos, que le llegan por redes sociales, no son solo de Guayaquil. También le escriben desde ciudades como Machala y hasta del extranjero como Estados Unidos, Perú y Argentina. Cada día la conocen más.

Cuando se le pregunta que por qué no cobra sus shows, detalla que dar las fiestas gratis es su aporte para "ayudar a sanar", lo que la crisis de la covid-19 dejó a las familias.

“Estoy feliz. Tengo el apoyo económico de mi esposo, la ayuda de mis hijos que me prestan su cuarto, hago lo que amo y ayudo a avivar el ánimo de las familias, desde el más chiquito, hasta al más grande”, destaca.

Cuando los niños le preguntan de dónde viene Paurainbowstar, ese divertido personaje que viste de colores y que los pone a saltar, correr, buscar prendas en casa, les enseña datos y hasta les da recomendaciones, Pau les responde que es una "estrella de arcoíris" que pertenece a un mágico mundo que se esconde detrás de la luna.

Más adelante pretende implementar cuentos y covers de canciones infantiles dentro de estas animaciones. 

¿Por qué animadora de fiestas infantiles?

La vida de Pau siempre ha estado apegada al arte, gracias a su familia. Varios de los miembros de su familia son artistas, empezando con su papá quien es un popular pintor guayaquileño.

Aunque desde que tiene memoria ha tenido afinidad con los niños y le gusta divertirlos, narra que se hizo animadora de fiestas infantiles porque quería deshacerse de su timidez. Sí, no siempre fue tan divertida y extrovertida.

“Una amiga tiene una empresa de fiestas. Ella es animadora, entonces le pedí trabajo y empecé a animar los matinés vestida de princesa. Me desenvolví, pude hablar en público, perdí el miedo y después tenía mis propios contratos de fiesta. Ahora incentivo a los niños que son tímidos a que dejen el miedo”, cuenta mientras ordena cada detalle en la habitación, ubica su celular en una mesita y prende la computadora... Pronto tiene la misión de alegrar un nuevo cumpleaños.