María Elena Machuca es la duodécima ministra de Cultura, desde que esta cartera se creó, en 2007. Han pasado 100 días desde su posesión. El Teatro del Barrio es el proyecto insigne del Gobierno. El escándalo de las elecciones de los núcleos provinciales de la CCE es el escenario coyuntural que ha acompañado esta gestión.

Las elecciones de las Casas de la Cultura evidenciaron reclamos de mayor transparencia. ¿Cómo traduce estos hechos?

El trabajo del Ministerio es organizar y fomentar las políticas culturales. Las Casas y los GAD deberían ser nuestros socios. Estas relaciones no se han dado de la mejor manera y queremos fortalecerlas.

Como ente rector, ¿harán alguna revisión para transparentar cómo se manejó la CCE?

Es una institución autónoma. Esa autonomía debe ser responsable. Como Ministerio, siempre exigiremos procesos transparentados.

Se lanzó Teatro del Barrio. Manifestó que tienen como socios estratégicos a municipios y sedes de la CCE, que serán como padrinos. ¿Cómo no caer en padrinazgos?

El Teatro del Barrio es un proyecto que quiere llegar a personas que no han recibido apoyo económico. Vamos a iniciar con los puntos más alejados del país. Estamos aplicando este proyecto a través de fondos concursables. Si queremos llegar a los lugares más apartados, necesitamos de socios estratégicos en territorio para que les ayuden a subir los documentos, para que los guíen en el proceso, que es en línea. La elección será transparente, como cualquier convocatoria de fondos.

¿Solo serían intermediarios?

Así es. Hemos viajado a territorio y nos encontramos con proyectos maravillosos que nunca han tenido un incentivo para continuar con sus procesos. La idea es que los socios apoyen y puedan ver que estos procesos se cumplan.

¿Qué sucede con grupos que pese a estar radicados en Quito y Guayaquil están en la periferia?

Queremos empezar por los puntos alejados, pero estamos preocupados por todos los sectores. En los jueves de despacho abierto hemos tenido reuniones con gestores y artistas de la Biloxi y más gente del sur de Quito, por ejemplo.

La convocatoria para la dirección del IFCI (Instituto de Fomento a la Creatividad y la Innovación) ha tenido críticas.

Cumplimos con la ley.

En redes sociales decían que hubo poco tiempo y que no se respetó el reglamento. Se especula que hubo irregularidades.

Dimos un plazo de cinco días. Realizamos un ejercicio de registro como candidato y para postular te tomaba quince minutos. Es más, hemos tenido más inscripciones de las esperadas. Más de 40 inscritos para la candidatura. (...) Creo que este es un tema saldado e, insisto, cumplimos con la ley.

Por ley, el Festival Artes Vivas de Loja debe cumplirse y aspira a convertirse en un hito regional. ¿Cómo lograrlo con un presupuesto de $ 200.000?

Solo una acotación: Artes Vivas lo recibo con el presupuesto prorrogado del año pasado. No se ha bajado el presupuesto en esta administración. Venimos con un presupuesto de $ 140.000. Con los fondos concursables del IFCI hemos levantado $ 100.000 más. Estamos trabajando con apoyos internacionales y del sector privado y redondeando alrededor de $ 700.000 para este festival.

Más allá de Artes Vivas, ¿cómo se está trabajando con estos aliados del sector privado?

Con Loja tenemos mucho apoyo de embajadas amigas. Este año, el país invitado de honor es Francia y el próximo será EE. UU. (...) Estamos analizando con el SRI para que se sumen los procesos y se minimicen las trabas, para no complicar la participación del empresario. Queremos avalar a gestores y artistas y ser intermediarios para que empresarios y ellos hagan match.

Se iba a reunir con BanEcuador por el tema de préstamos y bajar el interés, que está al 11 %, para el sector cultural. ¿Cómo le fue?

Todavía no nos reunimos con BanEcuador. Nos hemos reunido con el BDE para que las líneas de fomento sean más rápidas en su entrega para los gestores culturales. Estamos trabajando en un convenio para que máximo se demoren una semana.

¿Harán algo con el RUAC para que no solo sea un requisito?

Actualmente existen más de 20.000 inscritos y hay que entender que es una herramienta para las políticas culturales.

Una herramienta que podría servir para agilitar temas como el Seguro Social para artistas y gestores culturales, tema que es una deuda.

El Seguro Social de los artistas es una gran deuda pendiente. Los esfuerzos del Gobierno están por ahora centrados en la pandemia y los esfuerzos del presidente (Guillermo Lasso) están concentrados en la vacunación (...).

Otra deuda es el Plan del Libro y la Lectura, que no logra cuajar…

¿Sabe por qué no logra cuajar? Porque debe ser un tema de Educación. Como Ministerio estamos empujando como hormigas a un elefante que tiene que caminar. Seguiremos con el Plan, que es un proyecto que termina en diciembre y por ley debe pasar al IFCI.