“Sabemos que en cualquier momento podemos morir”, escuchar esa frase es triste, pero llama mucho la atención si quien lo dice es un joven de 19 años que apenas arranca una carrera universitaria y está lleno de vitalidad. Con ese pequeño, pero contundente criterio, se puede definir el sentir de probablemente decenas de jóvenes que han cambiado sus planes de comprar carros o casas por planificar qué pasará si están en riesgo de muerte.

Se cree que con el pasar de los años y con la llegada de la vejez uno está más cerca de fallecer, sin embargo, el miedo a perder la vida se ha incrementado notablemente en los últimos años, incluso en jóvenes guayaquileños, que ya no solo piensan en casarse o buscar trabajo, sino que también ahora piensan en dejar algo a su familia después de la muerte. La razón principal: la inseguridad del país.

“He visto como amigos míos han fallecido por no dejarse robar o han muerto por culpa de una bala perdida y eran muy jóvenes. Personas de 23, 25 años, llenos de sueños, han muerto por culpa de la situación que enfrentamos. Es por eso que ya tengo mi seguro de vida”, comentó Emilio Molestina, quien con mucha tristeza comenta haber conocido a Diego Gallardo, quien falleció el pasado 9 de enero producto de una bala perdida en la avenida del Bombero, en Guayaquil.

“Uno no está seguro ni en su propia casa. Le tenemos miedo a la muerte y no porque uno ande en pandillas o grupos delictivos, sino porque ahora asesinan a muchos inocentes, hasta menores de edad y bebés pierden la vida. Es de terror lo que se vive en el país. Es doloroso e injusto”, afirmó Daniela Valdiviezo, una joven de 26 años que conversa con Emilio sobre cómo junto con unos amigos más planificaban buscar métodos para mantenerse seguros.

Mariasol Trujillo, directora comercial de Axis, una agencia de seguros, cuenta que durante las últimas semanas ha palpado ese miedo de los jóvenes en el incremento de compra de seguros de vida.

“Hace unos días solo en el lapso de una semana, recibí cerca de dos mil cotizaciones. De estas, por lo menos el 75 % la hacían menores de 30 años. Algo increíble, cuando normalmente los que adquirían estos seguros eran adultos que pasaban los 40 años y tenían ya hijos o hasta nietos”, relató sorprendida la profesional que hace una comparación. “En una semana normalmente se tiene una o máximo dos cotizaciones y en un mes vender tres seguros de vida era algo muy bueno, pero esta vez se vendieron casi 200, es decir, cien veces más de lo normal”, explicó.

Por otra parte, Korina Romero, propietaria de Goldden Brokers, relata que efectivamente los últimos acontecimientos registrados el 9 de enero hicieron que más personas se interesen por la compra de seguros.

“El 9 de enero, una persona de 30 años adquirió un seguro, por el miedo que se vive. Es entendible que la gente empiece a alarmarse y blindarse”, comentó la profesional, quien da una referencia de los costos. “Una mujer de 20 años pagaría $ 16 mensuales por 20 años de seguro y al finalizar el tiempo, en caso de no fallecer, el dinero se podría devolver”, explicó, al señalar que las facilidades, sumado al miedo general, ha provocado el incremento de la compra de planes en este grupo de edad.

Según el criterio del asesor Emilio Castellano, lo curioso es que el incremento de seguros viene desde los estratos sociales medios y medio bajos. “En los últimos meses, fueron más personas de pocos ingresos los que buscan seguros. Eso llama mucho la atención, pero seguramente es por el temor de vivir en las zonas periféricas de la ciudad”, opinó.

Según cifras oficiales de la Policía Nacional, solo en la Zona 8 entre 2022 y 2023 hubo un incremento del 63 % de muertes violentas. En el primer año, hubo 1.577; mientras que en el último año, 2.752, una diferencia de 1.175 crímenes más en el mismo lapso, lo que preocupa a los jóvenes.

Diego Concha, de 21 años, reconoció que el miedo a la muerte y la violencia ha hecho que toda su familia tenga un seguro de vida. “Mi mamá, mi papá y mi hermana de 25 años ya los hemos adquirido. Preferimos protegernos ante tanta delincuencia que hay en Guayaquil y en Ecuador en sí”, comentó.

“No sentimos que con él no nos pasará nada, pero sentimos algo de seguridad financiera. Nosotros pagamos aproximadamente $ 40 mensuales por toda la familia”, reveló.

Por otra parte, Rafaela Villao, de 22 años, concuerda en que la situación está tan caótica que la ha llevado a considerar contratar una póliza de este tipo. “Estudio en la Universidad Casa Grande y con lo que pasó en el Albán Borja, donde mataron a dos guardias de seguridad, tengo mucho miedo de ir a la U, prácticamente tengo terror de salir de casa. Ya los jóvenes tenemos miedo de ir hasta a hacer ejercicios en el día, ni se diga salir a una fiesta en la noche. Por mi familia, he pensado contratar un seguro. Hay mucho miedo”, dijo la estudiante de Ciencias Políticas.

Este comportamiento inusual se ha vuelto muy común en los últimos meses, sin embargo, especialistas consideran que es una repuesta de miedo ante toda la violencia que se vive en el país.

• El especialista

El abuso de las redes sociales influye en el incremento del miedo social

Para los especialistas en psicología y sociología, lo que se vive actualmente en Guayaquil es atípico y nunca antes visto. El aumento de la tecnología y una violencia criminal sin precedentes, consideran que justifica el miedo de los jóvenes a morir.

Para el sociólogo Charles Chóez, el abuso de las redes sociales incrementa el miedo social. “La juventud consume muchas redes sociales y lo que más se ve ahora es muerte y delincuencia, por lo que es normal que el miedo se incremente”, comentó Charles. “Probablemente, los más jóvenes son los que tienen más miedo y se entiende porque han vivido poco a diferencia a personas de 40, 50 años. Actualmente, también se han visto más casos de ansiedad, depresión y otras patologías en ciudadanos menores de 30 años”, explicó Chóez, quien labora como mediador cultural de Facultad de Sociología de la Sapienza de Roma (Italia).

Para el psicólogo David Guerrero, este sentimiento no nace recién ahora, sino que empezó a tomar fuerza en la pandemia. “Desde 2020 se percibe ya ese temor, son 4 años continuos en esta conducta social. Es normal que quienes tienen algo de recursos quieran invertir en poder dejar algo a su familia”, comentó el docente escolar, quien además apunta a que estas conductas pueden generar un poco más de paz o protección. “Nadie quiere morir, pero seguramente esto dará una aparente calma en caso de desgracias: una especie de ley de compensación. Son temas delicados, pero hay que tratar de entender mirando la realidad. Cada persona es un mundo diferente, pero el contexto para todos es prácticamente igual”, analizó Guerrero, quien ve como una buena medida la búsqueda de seguros de vida.

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