A fines del 2020, diferentes delitos y muertes violentas se cometieron, en sí, en toda la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), y obligaron a la cúpula policial a que haga base en el Puerto Principal y a establecer nuevas estrategias, sobre todo en los distritos más peligrosos, entre ellos Durán, Sur y Esteros.

En este último, ubicado en el sur de la ciudad y que comprende cinco circuitos y 19 subcircuitos, a la ciudadanía aún le atemoriza caminar por callejones a oscuras y encontrar a jóvenes consumiendo o vendiendo drogas; ingresar a las áreas verdes y frenarse de hacer deporte por la maleza; o trotar en los alrededores de estos y caerse debido a la ausencia de tapas en varias alcantarillas.

Así lo asegura Mariana Molina, residente de la ciudadela desde hace 44 años y quien ha sido testigo de los robos a diferentes moradores que circulan por las peatonales que colindan con el parque Los Caminantes. Su vivienda está ubicada en la esquina del primer callejón 50 C, uno de los puntos más peligrosos del vecindario, remarca.

“Y por eso me vi obligada a colocar, por mi cuenta, tres luminarias para tratar de alejar a la delincuencia y que mis vecinos puedan caminar con más tranquilidad. Hasta en el día asaltaban y por la pestilencia de la droga algunos vecinos vendieron sus villas y se fueron”, lamenta Molina, quien hace un llamado a la policía para que redoble los patrullajes en distintos horarios, con el fin de alejar a los adictos y poder recuperar la paz.

Francisco Zumárraga, jefe de la Policía del Distrito Esteros, reconoce a EXPRESO que esta jurisdicción presenta un problema “muy álgido” de microtráfico y consumo de drogas. La autoridad señala que debido a esto “se genera la espiral de violencia, porque hay varias organizaciones que se disputan territorios para ejercer estas actividades ilícitas. Tenemos un problema de inseguridad, pero también la percepción de inseguridad”.

Frente a este escenario, Zumárraga argumenta que se realizan trabajos, tras realizar una sectorización en las áreas de concentración de violencia y problemas crónicos, con el objetivo de disminuir los niveles delincuenciales. Explica que en lo que va del 2021, han aprehendido a 98 personas por diferentes delitos, y desarticulado dos agrupaciones que se juntaron y se dedicaban al robo de personas, de accesorios de vehículos y de automotores.

Al ser consultado sobre las leyendas pintadas en algunas paredes (frases como “Fertisa”, “Chone 13” y “El Cartel”), el uniformado aclara que hay estructuras criminales que toman membretes de bandas como Los Lagartos o Los Choneros, para “causar zozobra”.

“Por eso focalizamos el delito en estas áreas de concentración de violencia, con el objetivo de eliminar todas las facilidades que antes tenían para delinquir, a través de una prevención situacional”, puntualiza.

Pero para vecinos como José Escobar, la falta de atención municipal, como por ejemplo en el parque Los Caminantes, que concentra zonas con maleza, también deprime al barrio y obliga a que los vecinos caminen o realicen sus actividades recreativas fuera del espacio. El peligro de los moradores radica en caer en las alcantarillas, pues al menos dos no tienen su respectiva cubierta, y por la presencia de consumidores en las esquinas o entre los matorrales del área verde.

“Es un peligro para los que trotamos y caminamos. A esto se suma la maleza. De parte de la comunidad pagábamos para que unas personas limpien el sitio, pero necesitamos que el Municipio se haga presente”, subraya Escobar.

Alan Cali, morador de la ciudadela Santa Mónica, perteneciente al distrito, también se suma al pedido de sus vecinos y recalca que otro problema es la presencia de un elevado número de recicladores, a quienes responsabiliza del robo de algunas luminarias. “Algunos vecinos han visto que los ‘chamberos’ también han intentado llevarse ciertas cosas que ven, por eso evitamos salir a altas horas de la noche”.