Malecón Universitario
En algunos tramos del Malecón Universitario hay gran cantidad de hojas secas que caen de los árboles, frutos en descomposición y heces de iguanas y pájaros que emanan malos olores.Miguel Canales / EXPRESO

El Malecón Universitario está cerrado y sin mantenimiento

Esta área recreativa no recibe visita desde 2020.  Este sitio, que conecta la calle Quisquís con el Parque Lineal y la Plaza Guayarte, se está deteriorando

El Malecón Universitario, denominado así porque bordea el estero Salado por el interior de la Universidad de Guayaquil, está cerrado desde hace dos años. Ese, también es el tiempo que sus instalaciones no han recibido el mantenimiento adecuado y que la comunidad no ha podido contar con un espacio para turismo y recreación.

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La pandemia de la COVID-19, que llevó a la suspensión de las clases presenciales en el país, no solo originó el cierre de los predios de la Ciudadela Universitaria, sino también el de su malecón de 800 metros que se conecta con el Parque Lineal, a la altura de la Universidad Católica. Este, a su vez, se une a Plaza Guayarte, por el puente Zigzag. Además, forma parte del circuito peatonal: Estatal-Malecón del Salado (calles Quisquís-9 de Octubre) -puente El Velero (calle Aguirre)-Malecón del Salado (tramo Ferroviaria).

La falta de mantenimiento es evidente. Varias barandas están desprendidas y sus bases oxidadas, algunas casetas del servicio eléctrico se han dañado, los postes de alumbrado funcionan a media llave y los adoquines rosados lucen verdes -en algunos tramos- por el moho y la lama existentes.

Los directivos de la universidad aseguran que una vez a la semana realizan trabajos de limpieza en el lugar, a pesar de que esta tarea la debería ejecutar Fundación Siglo XXI, que inauguró la obra en 2007. No obstante, este ente deja en claro que el mantenimiento de este sitio no es su competencia.

Malecón Universitario
Los adoquines rosados ahora son verdes por el moho y la lama que han adquirido, debido a la falta de una limpieza apropiada.Miguel Canales / EXPRESO

Durante un recorrido que realizó EXPRESO por el sendero, que colinda con la parte posterior de las facultades de Filosofía, Jurisprudencia, Psicología, Ciencias Químicas, Ingeniería Química y Educación Física, también se pudo apreciar que las pasarelas de madera y adoquín, las bancas, los sitios de lectura y descanso, el área de deportes y de contemplación lucen algo desaliñados.

Ahora que la universidad está regresando a la presencialidad, debería abrir las puertas que impiden el acceso a su malecón. Es una opción recreativa para los guayaquileños.

José Ugarte, residente de la ciudadela Bolivariana

El trayecto del sendero consiste en una plataforma de dos vías: una pasarela adoquinada para el uso peatonal y la otra para la ciclovía, que es un contrapiso de hormigón armado.

En estas vías hay muchas hojas secas y algunos frutos que han caído de los árboles de pechiche, almendras, mangos, entre otros y han terminado descomponiéndose, pero las bicicletas están ausentes y también los visitantes.

El malecón universitario está abandonado. Le deberían dar mantenimiento a su infraestructura para luego ponerlo, otra vez, al servicio de los estudiantes y de la comunidad.

Anthonella Bustamante, estudiante de la Universidad de Guayaquil
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Hasta antes de la pandemia este sitio era un lugar de esparcimiento para los estudiantes y aquellas personas que no pertenecen a este centro de estudio superior, pero que son amantes de la naturaleza.

Lourdes Pimentel, quien cursa el quinto semestre de la carrera de Medicina, dice que ella era una asidua visitante de esta zona. “En los momentos libres íbamos con otros compañeros a pasear por la orilla del estero, sin tener que salir de la universidad. Recorríamos el sendero y luego regresábamos a clases muy desestresados”, manifiesta. Y señala que ahora que la universidad está retomando las clases presenciales, debería abrir este trayecto para que todos puedan volver a recorrerlo.

LimitacionesSegún los directivos de la universidad, la comunidad puede hacer uso regulado de este malecón, debido a que hay facultades aledañas que guardan sus bienes.

Lo mismo opina Carlos Cisneros, un amante del ciclismo y la naturaleza. Antes de la pandemia, este ciudadano solía ir con sus amigos a recorrer en bicicleta este trayecto.

Relata que cuando en 2020 se inauguró la ciclovía del Proyecto Delta, que abarca una ruta de 700 metros de largo, desde la Facultad de Odontología, a la altura de la avenida Kennedy, hasta el Malecón del Salado, por la calle Quisquís, pensó que esta se iba a empatar con el Malecón Universitario. “Sin embargo, esto no ha sido factible porque este último lugar sigue cerrado”, recalca.

Él, al igual que otros ciudadanos consultados por EXPRESO, cree que las autoridades universitarias deberían poner a disposición de la comunidad este sitio recreativo para que sume a los guayaquileños otro lugar de esparcimiento.

Malecón Universitario
El gerente administrativo de la Universidad de Guayaquil, Rodrigo Medina, observa las barandas.Miguel Canales / EXPRESO

Rodrigo Medina Zambrano, gerente administrativo de la Universidad de Guayaquil, reconoce que este malecón requiere mantenimiento en ciertas partes. “Pero esta tarea está sujeta a que Fundación Siglo XXI colabore”, reitera.

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Mientras, los voceros de la fundación recuerdan que la obra fue entregada a la universidad y que esta es la encargada de dar el mantenimiento adecuado a sus áreas internas y demás instalaciones que se encuentran en el mencionado predio universitario.

Por el momento, la universidad no tiene una fecha establecida para la apertura de su malecón. Pero sí tiene en carpeta un proyecto de vinculación con la comunidad, que permitirá a la ciudadanía inscribirse para, junto a estudiantes de la facultad de Educación Física, realizar ejercicios matinales y luego hacer uso regulado de este sitio, una vez que vuelva a entrar en funcionamiento.