Aunque el coronavirus ha golpeado al mundo, son varios los países que han optado porque los estudiantes retornen, de forma gradual, a las clases presenciales,estableciendo una serie de protocolos que eviten un posible repunte de los casos. En China, Italia, Noruega, Holanda, Dinamarca y Nueva Zelanda, por ejemplo, los estudiantes han vuelto a reencontrarse con sus maestros. Y ahora en cada una de sus instituciones, aprenden entre bandejas y botes de desinfectantes, tomas de temperatura y rutas pintadas en el suelo que les indiquen por dónde caminar.

En ellos, aseguran los expertos consultados por EXPRESO, los gobiernos han priorizado el campo de la educación como deberían. En el país, lamentan, este ha quedado para el final o ha sido analizado a medias, sin planes todavía claros; aún cuando, como publicó ayer este Diario, existen una serie de trabas que evitan que el aprendizaje online -el vigente- llegue a todos.

“A nivel nacional o enfocándonos en la Costa, donde las clases empezaron oficialmente el 1 de junio, se ha reactivado el transporte, las notarías, los restaurantes y el comercio en sí. De hecho, desde el principio hubo planes para hacerlo. Con la educación no ha pasado lo mismo”, precisa la máster en educación Amelia Narváez; quien hace énfasis en que si bien es comprensible que aún la metodología presencial no se ponga en práctica por ser los niños un grupo prioritario y vulnerable; sí es necesario que se tengan listas ya las directrices para que a corto plazo se lo haga.

Ella sugiere, como lo hizo en una publicación anterior el también experto en educación Víctor Hugo Calderón, que lo hagan fusionando la educación virtual con la presencial, para así cumplir sobre todo con la norma del distanciamiento. “Eso debería estar claro para que los padres incluso sepan qué panorama se viene y puedan preparar a sus hijos para ese panorama”, recalca Narváez.

Una postura similar tiene la rectora del Liceo Panamericano, Patricia Ayala, quien hace énfasis en la necesidad de contar con una ruta establecida que pueda ya ser socializada, aún si las clases físicas no se reanudan con inmediatez. Ella estima que el regreso gradual a este tipo de metodología puede darse entre agosto y septiembre. Destaca que la educación presencial debe ser bajo bioseguridad. “Ya debe existir el protocolo, nosotros lo tenemos desde el 20 de mayo. Allí se ha analizado todo: la ayuda psicológica, el actuar en el recreo, el manejo de desechos, etc. Nosotros por ser parte del International Schools Partnership, una red de colegios internacionales, tenemos la planificación”, manifestó Ayala.

En este análisis también se deben ver las deficiencias. De esto habló la profesora de párvulos que ha dado clases en Ecuador, Brasil y EE. UU., Violeta Herrera; quien al analizar el escenario en el Ecuador respecto al tema, se limita a decir que no quiere pensar que el Gobierno no le está dando la debida importancia. “Quiero pensar que no lo hace porque no se siente preparado por la falta de educación en la ciudadanía y la falta de hábitos de higiene observados”, manifiesta.

Sin embargo, no todos los consultados consideran que desde Educación no se está preparando el camino.

Para el exministro de Educación, Roberto Passalaigue, se lo está haciendo y no necesariamente a paso lento, sino teniendo en cuenta que los sitios de congregación masiva de personas, en el que entran las escuelas, serán los últimos en abrir para evitar la propagación del virus. En Ecuador se está haciendo lo adecuado, advierte.

EXPRESO consultó a Educación sobre las directrices que se están tomando en cuenta para dar el paso a la reapertura progresiva de los centros educativos, pero aseguró que -basándose en la Ley Orgánica de Transparencia y Acceso a la Información- responderá en los próximos 10 días.

Sin embargo, en una entrevista que la ministra Monserrat Creamer ofreció en un medio televisivo, dio a conocer que existe ya un plan que plantea que los alumnos retornen, de forma gradual y “priorizando aprendizajes, a fin de que la metodología sea más práctica”, cuando el semáforo cambie de color.

“Si se pone en verde, en efecto las familias necesitan que tengamos una oferta educativa aunque sea semipresencial, estamos viendo los posibles escenarios. Hay países, como Paraguay, que hicieron que la zona rural sea la primera en retornar a la nueva normalidad, por el tema de acceso (a la conectividad). Estamos validando todas estas posibilidades para tomar las medidas”, aseguró.

Pero, ¿por qué si aquellos países donde aún prevalece la alerta de un posible rebrote, optaron por reabrir; por qué no lo puede hacer Ecuador? ¿Es acaso por los vacíos que pueda tener el sistema de educación? No necesariamente, explica Passailaigue, al precisar, que aquellos territorios que han dado ese paso, “tienen muy bien desarrollada la cultura de obediencia”.

“Aquí todavía hay falta de respeto a la norma y a los valores, hay un grupo todavía de personas que hace caso omiso al respeto”. Para estar preparados, sentencia, se necesita del aporte de todos, del Gobierno, la sociedad y sobre todo, los padres.