lectoescritura
En el sector de Monte Sinaí, menores de diferentes edades reciben tutorías y asesoría pedagógica del Municipio y Ministerio de Educación, pero se mantiene el rezago en lectura y matemática..Freddy Rodríguez / EXPRESO

La lectura y la Matemática se quedan de año en pandemia

Un diagnóstico de la Unicef revela que 9 de cada 10 niños tienen rezago en estas áreas. La nivelación es un tema complicado. Educación no da cifras

Camila tiene 8 años y cursa el cuatro grado de educación básica en una escuela fiscal, en Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil. De acuerdo a su nivel ella debería saber leer y escribir; así como elaborar sumas y restas sencillas. Pero, desde el año pasado, cuando las clases presenciales se suspendieron por la llegada de la pandemia, ha tenido que afrontar muchos inconvenientes para desarrollar estas áreas sin contratiempos.

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Aún deletrea las palabras y se le complica leer muchas de ellas. Tampoco conoce los números más allá de 20”, señala su madre, quien asegura que no encuentra maneras para hacer que su hija supere este problema que se ha acentuado con las clases desde casa, en donde no cuenta con un profesor que la guíe de manera presencial.

Pero el rezago escolar en esta área no es un problema exclusivo de Camila. Un diagnóstico elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), revela que nueve de cada diez menores de entre 10 y 12 años no cumplen el estándar mínimo de lectoescritura establecido para un niño de 7 años, correspondiente al tercero de educación básica. El razonamiento matemático va por el mismo camino.

El Ministerio de Educación no tiene cifras de esta problemática que no es nueva, pues antes de la pandemia ya había déficit de aprendizaje en estas áreas, como ha informado EXPRESO en varios reportajes.

Lectoescritura
Las clases desde casa han obligado a los niños a estudiar solos. Una vez a la semana reciben las tareas por Whatsapp.Freddy Rodríguez / EXPRESO

Durante las dos primeras semanas de mayo, en el inicio de clases en la Costa, se dispuso la aplicación de pruebas de diagnóstico a los estudiantes. La idea era ejecutar, durante las cuatro siguientes, una nivelación formativa en dos asignaturas: Lenguaje y Matemáticas, así como en otras áreas del conocimiento, de acuerdo a las necesidades de cada niño.

Sin embargo, los maestros aseguran que esa corta nivelación no ha podido llenar los vacíos de aprendizajes de los alumnos y las deficiencias se mantienen porque las clases siguen siendo desde casa, lo cual dificulta el proceso.

Me preocupa mi hijo (9 años) que no sepa leer bien, ni resolver una operación numérica sencilla. El profesor le envía tareas de refuerzo, pero no siempre le puedo ayudar a resolverlas.

Marcela Tomalá, madre de familia
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“Es complicado enseñar a un niño de cinco, seis o siete años a leer y escribir por Zoom o por Whatsapp, como hemos venido trabajando los maestros fiscales desde 2020”, explica Carlos León, maestro de educación básica, al enfatizar que en la presencialidad hay interacción entre estudiantes y maestros y se puede despejar cualquier duda de ambas partes. En cambio, cuando es de manera remota, el profesor ni siquiera sabe si tiene o no la atención de los niños.

La comprensión lectora es fundamental en la edad temprana, así como las habilidades de pensamiento crítico. Mi hija tiene problemas en estas áreas, desde hace más de un año.

Jennifer Ramírez, madre de familia

Las autoridades educativas no han dado a conocer los resultados de aquella nivelación y ahora desarrollan los Puntos de Encuentro, donde realizan un censo para medir los avances en los procesos educativos de los niños y jóvenes que aún no retornan a la escuela y que, según los expertos, llevan perdido más de un año de su vida por la mala calidad en la enseñanza que reciben.

A Marcelo Miranda, experto y consultor educativo, le preocupa que la competencia lectora sea una de las dificultades que tengan los estudiantes, lo que mermará la capacidad de comprender, utilizar, reflexionar e interactuar con textos escritos. “Si no sabe leer no aprenderá a escribir y mucho menos podrá entender otras asignaturas”, anota.

PresencialidadEn la Zona 8 han retornado a las aulas 12 instituciones educativas fiscales: siete de Guayaquil, dos de Samborondón y tres de Durán.
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En 2019, un informe del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), coordinado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ya había advertido que Ecuador tenía un nivel de desempeño básico en lectura, al alcanzar un promedio de 409 sobre 1.000, mientras que en Matemática estaba por debajo de este (377/1.000).

En el Ecuador, desde 1996 hasta el 2007 se aplicaron las pruebas Aprendo; en el 2008 se oficializaron las Ser Ecuador; Ser Estudiantes en 2010 y Ser Bachiller 2017, que han demostrado que el mayor porcentaje de alumnos no alcanza un nivel de excelencia educativa y que muchos de ellos se encuentran en el nivel elemental de rendimiento académico.

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Los niños hacen esfuerzos por aprender a leer. Muchos tienen el apoyo de sus padres.Freddy Rodríguez / EXPRESO

Carmen Noboa, experta educativa, asevera que lo que ha hecho es acentuar estos problemas. “Los estudiantes tienen muy baja comprensión lectora, y para trabajar en internet es necesaria esta habilidad”, recalca, al estimar que ahora será más difícil valorar ese rezago, pues los sistemas de evaluación del desempeño escolar también han debido adaptarse a la no presencialidad.

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Desde al año lectivo anterior, en el sistema fiscal los maestros están calificando a los niños por los portafolios de actividades entregadas, y a través de evaluaciones por teléfono o videollamada, cuando se puede, pues muchos no tienen internet.