ciudadela IETEL
Medidas. Varias peatonales tiene rejas y los vecinos han colocado cámaras de videovigilancia para realizar los controles respectivos.Gerardo Menoscal

La inseguridad genera hartazgo colectivo en la ciudadela Ietel

En las peatonales se han colocado rejas y bolardos para evitar el paso de los delincuentes. Las rondas policiales son insuficientes

Cuando Eugenia Mendoza quiere entrar o salir de su casa tiene que abrir y cerrar tres puertas: una de madera, la sobrepuerta y el portón metálico externo de la manzana 5 de la ciudadela Ietel, al norte de Guayaquil. “Es un poco cansado, pero tengo que hacerlo para estar algo protegida de la delincuencia”, dice resignada.

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Comenta que desde hace más de un lustro vive ‘encerrada’ y cuando quiere atender a alguien lo hace desde la ventana, que además de la reja está protegida con varillas corredizas.

En algunas de las calles peatonales de la ciudadela se puede observar la implementación de puertas y rejas metálicas, que impiden el paso de personas extrañas.

Los vecinos también han colocado bolardos (pequeños postes) de cemento, así como grandes maceteros de plástico y yeso, para proteger a la zona contra robos y evitar que carros y motos ingresen.

CIUDADELA IETEL, 2
Descuido. Los parques están descuidados y sus bancas se han convertido en dormitorios de indigentes.Gerardo Menoscal

Mendoza, quien habita en el sector desde hace 20 años, dice que las medidas adoptadas son por la inseguridad que allí se vive. “Existe mucha delincuencia y jóvenes que se dedican a consumir drogas en los parques abandonados. Nosotros no podemos salir de nuestras casas con tranquilidad porque corremos el riesgo de ser asaltados”.

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En la ciudadela Ietel, la Zona 8 de Policía ha instalado una carpa en la que pernoctan dos uniformados que llegan en las mañanas, realizan una pequeña ronda por el sector y luego desaparecen, se queja Fernando Molina, quien tiene más de dos décadas residiendo en la ciudadela y no está satisfecho con los resultados del trabajo policial, debido a que el hampa no da respiro a la comunidad.

Lo dice porque el sábado pasado le robaron a una vecina a dos cuadras de su casa. “Se le llevaron el teléfono celular y el reloj, pero también le provocaron una pequeña herida con un cuchillo, cuando se resistió”, relata preocupado.

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Pero no es el único incidente ocurrido últimamente. Menciona que tres días después, durante la noche, dos hombres en moto asaltaron una tienda y se llevaron algunos víveres. “El local tiene reja de seguridad y por debajo una puerta enrollable que sirve de protección cuando el local se cierra, pero los malandrines pudieron abrirla. Todo quedó grabado en las cámaras de videovigilancia. Ya no se puede vivir tranquilo”.

Queremos que las rondas policiales sean constantes, especialmente al mediodía y al empezar la noche, que es cuando los delincuentes se apoderan del sector.

Carlos Mendieta,
habitante de la ciudadela Ietel

La Policía debe establecer estrategias al patrullar, ya que mientras ellos están en un punto, los delincuentes están en otro. Así, nunca se acaba el problema de la inseguridad en el sector.

Noelia Saavedra,
residente de la ciudadela Ietel

Vicente Palacios afirma que la colocación de rejas y puertas metálicas en las peatonales ha logrado reducir el robo de accesorios de carros, que se registraba por lo menos dos veces al mes. No obstante, dice que aún falta que la policía acentúe la vigilancia, especialmente a las 12:00 y 17:00, que son los horarios en los que se producen los asaltos a personas que salen de sus casas. “Ya no queremos vivir en zozobra, queremos recuperar la tranquilidad”.

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El problema de la inseguridad va unido al mal estado de las áreas verdes de la ciudadela, que se han convertido en dormitorios de indigentes y delincuentes. “Los parques están descuidados y los niños no pueden hacer uso de los juegos recreativos porque están dañados y oxidados; mientras que las bancas son usadas como camas por desconocidos”, lamenta Benjamín Moncada, quien habita desde hace una década junto a uno de los parques de Ietel.

Recalca que esos espacios llenos de maleza y basura son aprovechados por consumidores de sustancias ilícitas, lo que ha puesto en alerta al vecindario. “Ojalá que esta situación mejore para que los habitantes de este sector volvamos a vivir tranquilos”.