El gato que fue arrojado a una piscina por un par de jóvenes (acción difundida en un video por redes sociales) está en buenas condiciones de salud. Fue rescatado por activistas y algunas personas, condolidas por aquella acción, quieren adoptarlo. 

El felino habita en una urbanización de Samborondón, según informó la fundación Rescate Animal, institución que rechazó el ataque en un comunicado. En el documento detalla que tomará acciones legales esta semana. 

“Lo que nosotros sabemos es que es un gato comunitario, porque vive en esa ciudadela. La gente lo alimenta, sabe que está allí y lo cuida”, comentó Diana Maldonado, asesora legal de la oenegé. Agregó que el gato deambula por el conjunto residencial y recibe los cuidados de los moradores, pero, a su criterio, lo ideal sería que esté en un hogar estable.

Según Maldonado, la gente los ha llamado para acoger al animalito, pero aún no se han contactado con la administración de la urbanización, para iniciar un proceso de adopción.

El incidente ocurrió el pasado martes. En el video se observa cómo dos chicos toman el gato, de pelaje blanco y negro, y lo lanzan hacia una piscina. Luego se ríen y se increpan entre sí para sacarlo del agua. 

La difusión del hecho incluso motivó la reacción del Municipio de la localidad guayasense. En su cuenta en Twitter, el alcalde de Samborondón Juan José Yúnez informó que dispuso al comisario municipal que inicie una investigación, y de existir alguna infracción, se aplicarán sanciones. 

EXPRESO le preguntó a dos especialistas en psicología si el comportamiento de los jóvenes, como señalan internautas indignados, responde a trastornos antisociales.

El psicólogo clínico Gino Escobar aclara que esa acción de los chicos es muestra de que los procesos educativos no son suficientes para respetar a la naturaleza en todas sus expresiones, aunque indicó, que ese comportamiento sí los puede llevar a maltratar a ser humanos. Precisó que dicha actitud no es propia de la edad de los adolescentes. 

“La adolescencia no es el problema, el problema es la base que se construye antes de llegar a esa etapa de la vida. Es decir, la base de la educación. Esto nos dice que como sociedad no estamos haciendo bien las cosas, porque los chicos son nuestra evidencia”, detalla.

El también psicólogo Samuel Merlano coincide con Escobar en que el problema está en la falta de valores. “Evidentemente tienen vacíos de valores y problemas de conducta, no desarrollan empatía y por lo tanto tampoco la compasión”. 

Explica que esto se da cuando en casa las familias son muy permisivas, están ausentes o son muy agresivas con ellos.

La Fundación Rescate Animal registró 150 casos de maltrato animal durante 2019 en la ciudad de Guayaquil.