Se dice que es un cantón ferroviario, pero su insignia sigue desapareciendo de a poco. En medio de la maleza y con evidentes daños en su infraestructura, se encuentran las instalaciones del ferrocarril, a la entrada de Durán.

La entidad cerró sus puertas en 2020 tras el inicio de la pandemia de COVID-19. Tres años después de ello y casi dos meses luego de que terminara la emergencia por el virus, el ferrocarril sigue su agonía, sumándose al resto de problemas que afectan al cantón.

“Yo no nací en Durán, pero vivo aquí (desde hace) años y veo que esto está abandonado. Le dan poca importancia a lo que era el principal atractivo turístico de este cantón”, señala Tito Melo Morán, habitante de esa jurisdicción. Anhela que las autoridades locales o nacionales reactiven ese sector turístico y se retomen los viajes a Huigra, Alausí y hasta Quito, a donde viajaba desde pequeño con su familia.

Solo espera que con la reactivación, lleguen “buenos administradores” y que no exista corrupción como se ve en todos lados. “Deben poner gente que realmente quiera trabajar... Que el ferrocarril continúe con sus viajes, pero que esté bien administrado, porque si no va a caer en lo mismo”.

Silvia Montenegro asevera que los habitantes ya han pedido la reactivación del ferrocarril, pero no ven respuestas.

“Ese era su atractivo turístico. No nos pareció que lo suspendieran. Debería ser reactivado. Esperemos que el Gobierno de turno tome cartas en el asunto y lo pueda reactivar. Eso pedimos todos los duraneños”, dice Silvia, quien lamenta también que hayan sido despedidos quienes trabajaban en esas instalaciones, labor con la que sostenían a sus familias.

El sistema ferroviario tiene un total de 965,60 kilómetros, de los cuales, al 31 de agosto de 2021, estuvieron operativos 118,92 km; y 387,28 no operativos, entre los que constan los tramos Durán-Yaguachi, Yaguachi-Naranjito y Naranjito-San Antonio, por exceso de maleza o robo de elementos ferroviarios, según un informe realizado por el actual Gobierno.

En agosto de 2002 se consiguió que un autoferro opere diariamente desde los talleres en Durán, en el tramo Yaguachi-Milagro, lo que más tarde se truncó.

En 2012 fue rehabilitado durante la presidencia de Rafael Correa con fines turísticos, a lo largo de 456 km entre Quito (en la región andina) y Durán (en la Costa), pero en la presidencia de Lenín Moreno entró a liquidación.

A finales de 2022, desde el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) se anunció para este 2023 la reactivación de un tramo del tren de Ecuador. Fue una promesa de campaña de Guillermo Lasso el rescatar el ferrocarril, para que sea una nueva opción de transporte, turismo y carga, lo que aún no se hace realidad.

¿Cómo sigue ese proceso y qué destino tendrán las instalaciones del ferrocarril de Durán? ¿Para cuándo está contemplada su reactivación, o su posible cierre definitivo? ¿Existen nuevas propuestas? ¿Han conversado con el Municipio de Durán para entregar esas competencias? Esas fueron las preguntas que EXPRESO envió al MTOP, pero hasta el cierre de esta edición no llegaron las respuestas.

En un recorrido realizado por este Diario, que coincidió con una visita del alcalde Luis Chonillo al sitio, se pudo observar que todo el sitio está lleno de maleza y con evidente deterioro por falta de mantenimiento de sus instalaciones, que se están cayendo a pedazos.

Chonillo aseguró que están trabajando en el tema dentro de sus competencias. “Estamos trabajando. Justamente tenemos que coordinar con la Empresa Pública de Ferrocarriles del Ecuador, que tiene la competencia (esto es una insignia de Durán, por eso se lo llama el cantón ferroviario). Estamos trabajando ahora para recuperar lo que son las rieles (algo que le compete al Municipio) y hablar con el Gobierno; pero primero lo primero, (estamos) enfocados en el agua, la seguridad y recuperar el espacio público”, declaró en exclusiva a EXPRESO.

Ana Cedeño, quien tiene un comedor cerca de las instalaciones del tren, está a la espera de que se reabran las puertas. Mientras que Martín Espinoza, quien se identifica como ‘chonillano’, ha emprendido junto con otras personas la limpieza de maleza y pintado de bordillos de las vías del tren.