Un promedio de 11 siniestros viales, entre leves y fatales se registran a diario en la ciudad; y, al menos, en un 16 % se requiere de atención médica urgente por atropellos. Pero llegar con prontitud a cualquier punto, en el caótico tráfico que experimenta la urbe en los últimos meses, le toma más de los cinco minutos que se fija la llegada de ambulancias a las emergencias.

Para reducir los riesgos logísticos relacionados con el tráfico vehicular o la poca accesibilidad a un lugar, llevó a la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG) adquirir 20 motos de intervención rápida para atención médica, que fueron integradas a la operación del ECU-911 de la ciudad. Una adquisición que, según el Portal de Compras Públicas,    le cuesta a la ciudad 276,912.40 dólares, más $ 82,830.86 por la adquisición de insumos médicos para los rescatistas y paramédicos que conducen las denominadas motoambulancias. Se trata de motos Honda XRE300 2021, cuyo valor unitario es de $    10.013; más 3.831 en mantenimiento preventivo y correctivo, según reza el contrato. EXPRESO solicitó a la Alcaldía para hablar con algún funcionario que proporcione más detalle sobre el funcionamiento de las unidades, entre ellas: ¿si se ha reducido el tiempo para atender emergencias y si han salvado a personas? Hasta el cierre de esta edición no se obtuvo ninguna respuesta.

Pero, según se informó, las motoambulancias han realizado 430 salidas, de las cuales 130 corresponden a atenciones en accidentes de tránsito. Así como 17 rescates, entre ellos una emergencia con un animal. Las unidades se han sumado a colaborar con el trabajo en primera respuesta que llevan a cabo diariamente las ambulancias del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil (BCBG), las mismas que en el año 2021 auxiliaron a un total de 21.798 personas en emergencias prehospitalarias. Cifra que incluye las atenciones médicas y por accidentes.

“Las motos cuentan con la ventaja de poder arribar a las emergencias en un menor tiempo debido al fácil acceso que tienen en comparación a un vehículo de mayor tamaño”, recalcó el BCBG.

Aunque la creación y utilidad en otros países datan de hace más de una década; en la ciudad, las motoambulancias comenzaron a circular desde enero de este año. Pero la ciudadanía, en general, desconoce de su existencia y opina que se debe dar solución al mayor problema en las calles: el caos vehicular. “No he escuchado de esas motos, pero creo que es un gasto innecesario. Se debió priorizar en otras obras como el mismo tránsito”, señaló María Díaz, quien en el centro de la ciudad observa esa situación todos los días.

Evelyn Icaza, propietaria de un local, le da un 50 y 50 a los resultados que se puedan dar con las nuevas unidades de auxilio. A su criterio, con tanto carro rodando en la urbe y con pocas vías de desfogue, especialmente en las horas pico, las motos se pueden abrir camino para llegar a una emergencia; aunque, por esa misma situación, considera que tampoco llegarán oportunamente.

Arturo Azanza y Luis Édison Delgado concuerdan en que la facilidad de desplazarse mejor es una ventaja para ese tipo de vehículos.