Al dueño de Ruffo, un sharpey de cuatro años de edad, le preocupó que de pronto su mascota empezara a vomitar en el vehículo. Sobre todo porque el perro estaba acostumbrado a movilizarse en el carro y nunca se mareaba. 

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Además, el vómito no contenía, como se hubiera esperado en ese caso, residuos de la comida; mostraba un color amarillento y emanaba un olor más bien a jabón o desinfectante.

La doctora Irina Moreno Sánchez, quien atendió al can, recuerda que la mandíbula de Ruffo olía a jabón y también halló restos de este en los siguientes vómitos. “Por tanto, se hizo una fluidoterapia con medicina intravenosa, se lo tuvo bajo observación durante un día y le aplicamos unos inyectables para proteger la mucosa”. 

Ruffo pasó así a ser otra de las mascotas que en Guayaquil se han visto afectadas por las sustancias de limpieza y desinfección de casas, que durante este tiempo de cuarentena por el nuevo coronavirus, los guayaquileños han incrementado en profundidad y frecuencia. 

Médicos veterinarios consultados por EXPRESO han notado una subida de los casos de mascotas afectadas por sustancias químicas de limpieza.

“Desde que empezó la cuarentena aumentaron en un 50 % las visitas o teleconsultas por el contacto de mascotas (perros o gatos) con productos de limpieza del hogar, como cloro, amonio, detergentes, antibacteriales o jabones líquidos”, dice la doctora Pamela Sánchez. 

A su criterio, esto se debe a que las personas limpian sus hogares o tienen bandejas de limpieza fuera de la casa y las mascotas las confunden con los recipientes de agua para ellos. “Entonces ingieren el producto y al final del día, luego de que hacen digestión, empiezan los síntomas”, explica. 

Con ella coincide su colega veterinario Santiago Chonillo. “Los casos se incrementaron de manera significativa, ya que antes se los utilizaba para la limpieza en lapsos más amplios, pero por la situación sanitaria en la que nos encontramos prácticamente los utilizamos a diario, por lo que nuestras mascotas están más expuestas al contacto con estos productos”.

El doctor Danilo Cevallos agrega como otra posible causa es que los dueños ahora desinfectan más las pezuñas de sus mascotas cuando las sacan a la calle, como forma de prevenir el Covid-19. Pero esas sustancias pueden afectar sus patitas. 

La doctora Sánchez advierte de que hay al menos tres formas o vías de afectación: oral, cuando ingieren el producto; por la piel, cuando tocan pisos u objetos rociados; o también respiratoria, cuando lo inhalan. Los efectos más comunes son la falta de apetito, la hipersalivación, vómitos, hinchazón y la irritación de la piel. 

La mayoría de estos casos, si se detectan rápidamente, son controlables. Aunque si pasa mucho tiempo y la mascota ha ingerido gran cantidad del producto puede ser letal. 

Los dueños deben tener precaución y no solo evitar que las sustancias queden al alcance de sus mascotas en la casa, sino también en el exterior. Ruffo, por ejemplo, lo ingirió de una bandeja que un vecino había dejado afuera.

RECOMENDACIONES: 

• Precaución. Los veterinarios piden a los dueños que no dejen las sustancias al alcance de las mascotas. Ellas asumen que todo es comida.
• Limpieza de patitas.  En los casos de quienes las sacan a pasear y al retorno desinfectan sus patitas les recomiendan usar toallitas especiales con aloe o abundante agua después para evitar residuos de esa sustancia