Los matrimonios, bautizos, cumpleaños, sesiones familiares y eventos publicitarios que Diana Velásquez Caicedo (@dvelasquezfotografia) acostumbraba a fotografiar, desde hace 10 años, se suspendieron por la cuarentena. Y no solo eso, el coronavirus del que hoy todos huyen llegó a su cuerpo y al de su esposo durante los primeros días del aislamiento. Para su dicha, sin mayores complicaciones.

Sabiendo que no todos han corrido con su suerte y con la idea de obtener y transmitir un poco de alegría cada día, se embarcó en un proyecto que hoy retrata la vida en época de coronavirus de siete familias: sus vecinos de Puerto Azul, en Guayaquil.

¿Cómo es una sesión de fotos en cuarentena? Diana se acerca a las casas con todas las precauciones del caso: mascarilla y guantes, como para ir al supermercado. Luego a una distancia prudente y con la ayuda de un lente de 85 mm empieza a disparar y a capturar lo que ellos quieren mostrar, muy de cerca aún cuando ella está lejos.

Una vez que acaban las fotos comienzan las historias: una familia creó el canal de noticias "El Pronóstico de la Felicidad", otra armó canchas de tenis con colchones y papel periódico, e incluso hay quienes construyeron lo más cercano a un kinder para sus hijos. También descubrió a un pequeño héroe sin capa cuyos padres son médicos y salvan vidas mientras él se queda en casa en compañía de su abuela.

Esta iniciativa es inspirada en un proyecto que arrancó en Estados Unidos y ahora se extiende por el mundo como: #frontporchproject. Este es el resultado:

Estos talentosos vecinos han creado su banda de música familiar y recibieron a la fotógrafa en la puerta de su casa tocando: 'The Yellow Submarine'. Además han creado un diario interno que llaman 'Pronóstico de la Felicidad'.

Ellos son la familia de la villa 32, quienes han pasado su cuarentena entre mucha pintura, tennis, yoga, música, cloro, lectura, trabajo y su 'Antonia' a quien mantienen segura en casa.

Esta es la Kinder House 2020. Aquí los maestros (papás) enseñan a sus dos pequeños alumnos a nadar, jugar fútbol, cocinar, bailar y todo durante la dulce espera de Victoria.

Él es Emilio y ella su abuela de la villa 31. Los papás del pequeño son médicos y están salvando vidas; ellos van todos los días a visitarlo y saludarlo a la distancia. Emilio, para Diana, es un héroe sin capa: "Él nos presta a sus padres mientras con una sonrisa y su Nintendo se queda en casa con su abuelita".

Xavi es el vecino del primer piso. Él desde su ventana y con una sonrisa comparte su mensaje: “Pronto brillará el sol". Ya lo dijo Shakira: "Y un día después de la tormenta. Cuando menos piensas sale el sol".

Ella es Esperancita y sus "Esperancitos" de la villa 15b. Ellos viven sus días entre teletrabajo, cocina, legos, costura, limpieza, y cloro, mucho cloro. ¿Cuál es su secreto? Todos tienen un calendario de actividades.

Los vecinos de la villa 10 han vivido la cuarentena en familia más uno. Su hija vino de Alemania de visita con su novio y no pudieron regresar. Así han transformado las vacaciones en largas conversaciones, mucho tiempo juntos, pintura y uno que otro cóctel. María, la jefa de la casa, ocupa un poco de su tiempo pintando junto a la ventana.