La recuperación del centro urbano de Guayaquil es una tarea que, entre otras cosas, requiere de que la zona vuelva a ser habitable. Uno de los motivos, según la arquitecta, docente e investigadora de la Universidad Católica, Alina Delgado, es la subutilización de infraestructuras que, hace varias décadas, albergaban a familias enteras y ahora, con suerte, son bodegas o están vacías.

Pero hay personas que se resisten a abandonar el centro, como Mayi Paredes, de 53 años, quien creció en la zona. La moradora de las calles Chimborazo y Aguirre dice que vivir en el lugar le beneficia porque no tiene vehículo y todo le queda cerca.

Sin embargo, cuenta, tiene que lidiar con el ruido, el esmog, la basura que se acumula en las esquinas y que provoca que las ratas merodeen en las veredas, la peligrosidad por las noches... Pero no dejará el sector, pese a que su hijo se lo pide constantemente.

Nelson Guim, presidente del Comité Cívico Procentro - que busca reactivar este sector- dice que “el centro es el alma de Guayaquil” y, recuperarlo es vital para el crecimiento de la ciudad. Insiste en que el rescate está intrínsecamente ligado con la habitabilidad. “Esto para que haya gente todo el tiempo, y no solo hasta las 6 de la tarde cuando termina la actividad bancaria”.

Inseguridad

De ese ‘abandono’ que parecen las calles céntricas, se genera la inseguridad. Para John Klein Lofredo, exdirector del Departamento de Posgrado de la facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil, esta percepción es una de las principales causas para la migración y es provocada por el cese comercial del que habla Guim. “Si hubiera más moradores, se realizarían otras actividades nocturnas que no estén ligadas al comercio”, apunta.

Falta de zonas peatonalizadas

Para Klein, una solución a la inseguridad es la peatonalización de ciertas calles. “Una opción es que ciertos tramos sean peatonales y que haya guardianía permanente. Esto haría interesante las opciones de alquiler y compra de las estructuras que están abandonadas y le daría más confort a quienes ya viven allí”, considera. La falta de estos espacios impulsa también a que haya más vehículos.

Tráfico

Guillermo Argüello, arquitecto y urbanista, cuenta que la depresión del centro no es un problema que se da solo en Guayaquil, pero que sí debería ser solucionado como ha ocurrido con otras ciudades. “El aumento del poder adquisitivo hizo que las personas compraran vehículos y, que estos fueran usados para trasladarse a las oficinas”. Asegura que este tráfico que vuelve las calles céntricas en el “terror” de muchas personas, y que hacen que no lo tengan como una opción habitacional.

Ruido, basura y presencia de roedores

“El ruido, la contaminación, la congestión en las calles hacen que se dé un proceso paulatino para que un desalojo”, explicó Argüello. A esto se suma la basura. Como ya lo ha publicado EXPRESO, la recolección de los desechos es un mal que acarrea la zona, donde 20 empleados se encargan de recoger 16 sacos de desperdicios diarios por calle. El experto apunta a que es normal que en una zona comercial se genere más basura, pero debería procurarse su pronta recolección para evitar la proliferación de roedores.

Falta de parqueos públicos

Tanto los urbanistas como el presidente del Comité Procentro insisten en que la falta de parqueos públicos es un problema que empuja a la gente a dejar el centro. Incluso, consideran que, para promover la habitabilidad, se debería considerar la alternativa de ofrecer espacios gratuitos para los moradores.