Que regrese el dinamismo en el centro también es posible con la puesta en marcha de incentivos que promuevan opciones para habitarlo e invertir. Esto se lograría aprovechando aquellos edificios que se encuentran en estado de abandono o los que son utilizados como bodegas, pues esto ha generado que no haya vida en el casco comercial y turístico de la ciudad.

La propuesta se origina por diferentes residentes y empresarios guayaquileños, quienes se suman a la iniciativa de EXPRESO: que el centro vuelva a tener su brillo. Ellos concuerdan con que ese fulgor se recuperaría con planes habitaciones y que además se le dé cabida a galerías de arte, restaurantes, entre otras actividades.

Luis Cubillos, arquitecto y residente de uno de los condominios que se levantan en la avenida Malecón, espera que esto se cristalice. Conoce el sector y pone como ejemplos los inmuebles de la calle Pedro Carbo, entre Olmedo y Colón, en el sentido de sur a norte. “Allí hay edificios construidos hace más de 50 años y donde se debe incentivar a los promotores inmobiliarios a habilitar, por ejemplo, nuevos departamentos”, sugiere.

Sin embargo, Cubillos lamenta que cada vez haya más bodegas en estos espacios, y es por esto que hace un llamado al Municipio para que promueva una ordenanza en la que prohíba esta situación. El ciudadano quiere acciones.

Y de igual manera opina Melissa Rodríguez, una oficinista que anhela que el ocio se multiplique en el centro y se suma a la idea de que haya más opciones de negocios. “Si de gastronomía se trata apruebo la calle Panamá, pero de allí no encuentro otras opciones con ese modelo y es por esto que se deben aprovechar, por ejemplo, la idea de terrazas gastronómicas”, comenta.

Por el lado de inversiones, Nicolás Romero, director del espacio gastronómico y turístico Mercado del Río, ubicado en el malecón Simón Bolívar, argumenta que debe existir rentabilidad tanto para el promotor como para el usuario (el que alquile un departamento o negocio). “Si para ambos es rentable, más de la mitad de la guerra está ganada”, agrega Romero, al recordar que básicamente se trata de un tema de oferta y demanda.

Propone que aquellos edificios en los que se vaya a invertir, estén exentos de pagar impuestos a la renta durante cinco años, por ejemplo, así como que los materiales que se importen para una eventual remodelación o construcción estén libres de aranceles.

Eso sí, aclara Romero, esta tarea debe llevarse a cabo entre el Municipio y el Gobierno, pues ambos deben sumar esfuerzos para que la empresa privada participe, además del apoyo de gestores políticos. Él también sostiene que todo esto sería posible con la reforma de ordenanzas para “liberar o reducir impuestos o tasas” para todo aquel que invierta. “Eso generaría un verdadero polo de desarrollo en el centro”.

En un recorrido de este Diario se constató, a más de edificios usados como bodegas, que muchas familias que aún viven en la zona disponen de limitados sitios de distracción.

Es por esto que plantean que existan áreas verdes o que se acondicionen espacios para actividad teatral, recitales o programas donde se incluya al adulto mayor.

LA CÁMARA REACCIONA

Miguel Ángel González, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, reconoce que el centro es una zona con alta afluencia y cita como ejemplo el comercio de la calle Panamá. Los aspectos que han fomentado ese éxito son la vigilancia policial y el enfoque turístico y cultural que tiene. “Estos mismos factores son necesarios para que otras zonas del centro de Guayaquil puedan crecer comercialmente”, sostiene.