Cada vez que Manuel Ramírez (54) intenta pasear por las calles del Barrio Cuba, sur de la ciudad, se llena de coraje al observar la situación de abandono en que se encuentra este lugar emblemático, que nació al pie del río Guayas en la década de los 30.

“Todo el mundo sabe cómo vivimos, pero nadie hace nada para ayudarnos. Llevamos más de 20 años solicitando la regeneración de nuestras calles; hace dos años el Municipio nos prometió que en enero de 2023 empezarían los trabajos, pero ya estamos febrero y la espera continúa”, manifiesta el líder del consejo barrial.

Junto a EXPRESO, Ramírez realiza un recorrido por las calles y peatonales llenas de grietas, por las veredas destrozadas y las alcantarillas sin tapas que se han convertido en botadero de basura que emanan malos olores y propicia la presencia de insectos y roedores que muchas veces ingresan a las viviendas.

Durante el trayecto, muestra documentos firmados por la administración municipal que prometió la regeneración para este año. También enseña las solicitudes firmadas hace seis años por el exalcalde Jaime Nebot, donde hace la misma promesa.

Ahora dice que están a la espera de que las nuevas autoridades municipales se posesionen para buscar dialogar con ellas y hacerles conocer nuestras necesidades. “Ojalá que estas nos escuchen y cumplan con nuestras aspiraciones”, añade este residente, quien nació hace más de cinco décadas en esta zona que comprende desde Oriente hasta Chambers y desde la avenida Domingo Comín hasta la ría.

EXPRESO consultó al Municipio de Guayaquil ¿por qué no se ha iniciado el proceso de regeneración del barrio? y ¿qué abarcaba este trabajo?, pero hasta el cierre de esta nota no hubo respuestas.

María Cataño, quien habita la zona hace 25 años, denuncia que el tráfico constante de los vehículos ha terminado de dañar las peatonales, originando serios problemas a los vecinos que deben caminar por estas con el peligro de caer en los baches o tropezar con las piedras que salen por el levantamiento de la carpeta asfáltica.

“La calzada no ha sido asfaltada desde hace más de 20 años, por eso está llena de parches y socavones. El arreglo de las veredas es urgente porque están en pésimo estado; hay que limpiar los sumideros debido a que resulta un problema cuando llueve”, expresa, al reclamar una intervención urgente, donde están ubicados varios edificios de un centro de educación superior, cuyos estudiantes también deben padecer los inconvenientes.

“Pagamos los mismos impuestos y merecemos la misma atención que los vecinos de las calles de la ciudad que sí se han regenerado”, subraya.

Frente a la avenida Francisco Robles y la calle Estrada Coello hay dos callejones que desde hace 40 años fueron invadidos.

Allí vive Cristina Murillo, quien menciona que en varias ocasiones, junto a otros vecinos, han tenido que hacer autogestión para obtener algo de dinero para medio pavimentar su calle. “Esa ha sido la única manera de mejorar por donde caminamos, ya que las autoridades municipales siempre nos han dado la espalda”, recalca.

El mal estado de las calles y veredas no es el único problema. A esto se une el cablerío que hay en los postes, que vuelve más deprimente el paisaje de este sector. “No hay orden ni control; los cables atraviesan las calles y cruzan las fachadas sin importar el tipo de sus edificaciones”, denuncia Joselyn Muñoz, quien habita en las avenidas Domingo Comín y Thomas Wright y al igual que sus vecinos tiene que convivir con este problema.

Subraya que en el Barrio Cuba hace falta de todo. “Hemos pedido ayuda a las autoridades, pero estas nos han olvidado. Solo ha habido promesas de mejoras que hasta ahora no llegan”, puntualiza.