Sentadas en una mesa, en el patio de una de las casas de la comuna de San Jerónimo de Chongón, parroquia rural de Guayaquil, 11 mujeres, entre señoras y adolescentes, miden con una cinta métrica 16 cm de un alambre fino dorado y lo cortan. Luego le pasan a otra compañera la cinta y la pinza. El aprender a hacer aretes, pulseras y cadenas para luego venderlas, las ilusiona.

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Patricia León es quien imparte estos talleres básicos de alambrismo, de manera gratuita, hace tres semanas. Ella aprendió esta técnica durante la pandemia y ahora los imparte gratuitamente, lo único que ellas necesitan es dar rienda suelta a su imaginación, dice.

Esta bisutería se la crea con alambre de golfi. León afirma que aunque este material no es caro, lo que les da valor a estas joyas es la mano de obra y la creatividad del diseño. Los aretes los pueden vender desde los 5 dólares, pero si usan cristales o piedras el valor incrementa.

La motivación para enseñar en esta comuna nació porque una amiga de la iglesia Reino de Dios, ubicada en el teatro Fedenador, al norte de Guayaquil, donde ella asiste, la animó a impartir sus conocimientos en esta comuna, donde el ministerio Pan de Vida, perteneciente a la misma iglesia, trabaja con las familias del sector.

• Donación. Las personas que deseen colaborar con víveres, ropa, materiales de estudio, impartir sus conocimientos, entre otras cosas, pueden comunicarse con la iglesia Reino de Dios.

Hace dos años, el ministerio trabaja en esta comuna, tanto en la promulgación de valores como en formación cristiana, comenta Patricia Castillo, líder del grupo. El objetivo, manifiesta, es que estas personas crean que con ayuda de Dios y su creatividad pueden hacer cosas grandes.

Marjorie Macías, una de las moradoras de la comuna y madre soltera de una niña, se siente muy emocionada al ver cómo ha podido crear dos modelos de aretes que visualmente son “elegantes”, en tres semanas. Al inicio se le hizo difícil porque no tenía la práctica, pero ahora asegura que le es más fácil.

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Las ilusiones de luego vender las bisuterías que va creando es lo que empuja a Macías a asistir a los talleres. Ella practica bailoterapia y cree que luego podría vender sus creaciones a las mujeres que van al gimnasio.

CLASES CRISTIANAS PARA NIÑOS

Los niños desde los 3 hasta los 11 años reciben clases de formación cristiana en la casa parroquial. Jorge Mejía Bermúdez, presidente de la parroquia, prestó el sitio para esta labor. Allí se reúnen cerca de 30 niños, todos los sábados, cada 15 días.

En esta labor participan jóvenes y adultos de la iglesia Reino de Dios, quienes enseñan, mediante entretenidas actividades, historias bíblicas. También realizan actividades recreativas como decorar un ‘cupcake‘.