De más a menos, tras dos sets intachables y un tercero irregular, el tenista español Carlos Alcaraz, actual # 1 del mundo, debutó de buena forma en el Wimbledon, tras vencer al francés Jeremy Chardy por parciales de 6-0, 6-2 y 7-5.

Las dudas e incógnitas respecto a su estado físico, sobre todo con el muslo derecho que tapó con un vendaje durante los días previos al torneo, no fueron puestas a prueba por un Chardy venido a menos y que utilizó su estatus de ranking protegido para darse un último homenaje.

El galo, residente en Londres, se llevó un bonito cheque de 63.000 euros, el cariño de su familia y una paliza considerable, una de las mayores desde que juega en Grand Slam.

Porque el paseo de Chardy por la pista se podía anticipar por sus antecedentes; tan solo cinco partidos jugados desde octubre de 2021, una operación de rodilla, problemas con la vacuna de la COVID y un puesto más allá del 500 del mundo.

Era el cóctel perfecto para que Alcaraz pasara el rodillo y aumentara sus niveles de confianza tras una semana de incertidumbre física marcada por el problema en el muslo.

Pero el de El Palmar se encargó de despejarlas en una jornada que se vio matizada por el homenaje que el torneo le rindió este martes 4 de julio al histórico Roger Federer, hoy retirado, en la cancha central.