La historia de traspasos de jugadores entre Barcelona y Macará es muy antigua, pero en los últimos meses han acaparado la atención de los medios, por lo polémicos que han resultado.

En la segunda semana de octubre Moisés Corozo fue anunciado por Aquiles Álvarez, vicepresidente deportivo de Barcelona, como parte de un primer grupo de refuerzos para la temporada 2020. Sin embargo, en la víspera de la Nochebuena el defensa apareció con la camiseta de Liga de Quito.

Miller Salazar, presidente de Macará, explicó en aquel momento que no se cerraron ciertos detalles con el club torero, y Liga de Quito planteó una propuesta que permitió llegar a un rápido acuerdo.

Pero la historia traería una segunda parte.

Además de Corozo, los amarillos pusieron sus ojos en Javier Burrai, como candidato a ocupar la vacante dejada con la salida de Máximo Banguera.

El guardameta argentino tiene contrato vigente con los ambateños, el cual contempla una cláusula de salida (de 200.000 dólares) que la dirigencia encabezada por Carlos Alfaro Moreno estaría dispuesta a cancelar (había otra opción de 400.000 dólares por Bryan Heras), situación que no fue del agrado del dirigente ambateño.

“Deseo de todo corazón que (Burrai) sea traspasado a Barcelona, pero comete esta equivocación (negociar directamente con el Ídolo). Ha sido de nuestros mejores jugadores”, lamentó Salazar.

La dirigencia canaria ha evitado pronunciarse al respecto, pero diferencias de este tipo incrementan la brecha entre dos equipos que afrontan la nueva temporada con aspiraciones de mejorar la campaña realizada este año, en el que se quedaron a la mitad de camino en la Copa Ecuador y la LigaPro.