Santiago Escobar no pudo contener las lágrimas al mencionar a quienes se han mostrado solidarios en esta dura etapa de su vida. Su gratitud hacia ellos es gigante, tanto como las muestras de apoyo que recibió durante estos días, desde que recibió la noticia de que tiene cáncer de próstata.

Y no solo habló de sus familiares, se refirió a toda la gente que el fútbol le permitió conocer, inclusive personas que solo ha visto un par de veces, pero que han sido suficientes para generar un vínculo.

Escobar por ahora se siente mucho más fuerte que aquel día, cuando el médico le confirmó el diagnóstico. Y como él confiesa, solo en ese momento se quebró. Lloró. Le costó digerirlo y por eso se alejó de todo. Al inicio se refugió solamente en su familia, pero después comprendió que había un camino mucho más grato: volver al fútbol.

Al inicio, el cuadro camarata informó que Escobar permanecería estos meses en Medellín sometiéndose al tratamiento. Pero él cambió de idea. Se reunió con sus médicos y les explicó la situación. Él quiere dirigir la pretemporada y los dos primeros partidos de la Copa Libertadores, a la que tanto le costó clasificar. No en vano, el equipo volverá a jugarla después de 41 años.

Además, los tiempos se ajustan. Los encuentros deportivos serán durante las próximas tres semanas y media. Solo después de eso, él volverá a Medellín para someterse a la radioterapia. Y ahí sí, estará cerca de dos meses fuera del trabajo.

Su familia apoyó esta idea desde el inicio, ya que ellos saben cuánto ama al fútbol y lo preocupado que vive por el conjunto quiteño. Inclusive, sin ser su obligación, desde Medellín conversaba a diario con su cuerpo técnico para supervisar el progreso de la pretemporada.

De paso, con todo esto él quiere dejar un mensaje de lucha. “Hoy con la pandemia la gente la está pasando peor que yo. Así que no puedo quejarme. Al contrario, hay que ir al frente, luchar, ganar. En tres años esto será solo una anécdota porque voy a estar bien, tengo la seguridad de que voy a ganar esta batalla”.

Escobar siente que Universidad Católica es su casa y los jugadores su familia. Esa relación se hizo mucho más fuerte en los últimos días. Para muestra: el 13 de enero los futbolistas armaron una reunión virtual para cantarle el “feliz cumpleaños”. Eso, sin mencionar los innumerables mensajes que llegaron a su celular por parte de ellos. Al final, no está solo en esta lucha y las muestras de cariño hicieron que lo comprenda.