El español Pedro Acosta (Kalex), natural de Murcia, donde nació hace 19 años, puede ser ya considerado el “niño de oro” del motociclismo, al haber conseguido su segundo título mundial en apenas tres años y continuar mostrando su crecimiento como piloto con su paso a MotoGP en 2024.

El ritmo de crecimiento del “Tiburón Blanco” del Puerto de Mazarrón alcanzó niveles que no han logrado grandes nombres propios del motociclismo de las últimas décadas, como el italiano Valentino Rossi o el español Marc Márquez.

Rossi y Márquez, acérrimos rivales dentro y fuera de la pista, fueron los últimos en manifestar abiertamente sus por ahora irreconciliables diferencias, un “mal rollo” del que también quiere hacer gala el campeón de Moto2, quien se harta de decir que al Mundial se va a competir, no a hacer amigos.

Pedro Acosta, reconocido seguidor de dos mitos de motociclismo como el australiano Casey Stoner y el estadounidense Kevin Schwantz, sumó su primer título mundial en su primer año en el campeonato del mundo de motociclismo, en Moto3, en 2021, y dos años más tarde, en 2023, se proclama campeón de Moto2.

Además, el “niño de oro” del Puerto de Mazarrón goza ya del “visado” para ascender hasta MotoGP de la mano de Gas Gas, una de las marcas de “Pierer Mobility Group”, que tiene también KTM, Husqvarna, CFMoto y MV Agusta, entre otras de menor entidad.

Acosta (KTM) es ya merecedor del calificativo de “Tiburón Blanco”, tras el dominio demostrado a lo largo de la temporada 2023, que ha sido realmente abrumador, y con ello evidenció un crecimiento directamente proporcional a sus resultados, lo que ha “convencido” a la exigente y exclusiva categoría de MotoGP de que era el momento de estar junto a los más grandes del motociclismo mundial.

La historia de Pedro Acosta, el pequeño y único varón de tres hermanos, pues María del Mar y Miriam son mucho mayores que él, no es fácil de explicar, pues sus propios padres y familiares nunca pensaron que pudiera llegar a convertirse algún día en campeón del mundo de motociclismo, ni por sus aptitudes ni por su carácter, travieso y algo llorón, según señaló, ya cuando fue campeón del mundo de Moto3, su propia madre, Mercedes Sánchez.

Pero su padre, del mismo nombre que él, hasta hace poco pescador de profesión y armador de su propio barco, quien ahora acompaña a su hijo a todas las carreras, se empeñó en intentar hacer realidad el sueño de su hijo, de la mano inicialmente de otro de sus valedores, Paco Mármol.

Pedro Acosta “senior” tuvo que “hipotecar” su propio barco, el sustento principal de la familia durante décadas, para poder financiar la carrera del joven piloto del Puerto de Mazarrón, que ahora ya tiene en su “zurrón” dos títulos mundiales, con apenas 19 años, y un futuro garantizado en la élite del motociclismo mundial, MotoGP.

Lo cierto es que el “Tiburón Blanco” Acosta disfruta de su pasión por las motos gracias a la afición de su propio padre, un habitual de los fines de semana en “rodadas” en el circuito de Cartagena.

Una afición que estuvo a punto de costarle la vida a don Acosta cuando arrolló con una moto de carretera a un rebaño de unas trescientas ovejas, de las que trece no sobrevivieron al impacto, cerca de su casa. Él apenas saldó el incidente con unos cuantos rasguños.

Hoy el joven Pedro Acosta vive un sueño propio y el de su progenitor con un futuro que de seguro dará mucho más de qué hablar.

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