Un gol del argentino Paulo Dybala bastó al Roma del portugués José Mourinho para batir a un sólido Génova, que resistió las embestidas de la 'Loba', y alcanzar los cuartos de final de la Coppa Italia, en los que podría encontrarse con el Nápoles.

Tuvo que aparecer el flamante campeón del mundo del Roma para deshacer el entuerto en el Olímpico. El partido lo dominó el Roma desde el inicio, pero está claro que sin la 'Joya', el Roma es menos Roma.

Es curioso cómo en tan poco tiempo se ha creado esa comunión entre el futbolista y su técnico, que siempre que puede ensalza a su nueva estrella, y también con el público, que le aclama al nivel del capitán, Lorenzo Pellegrini, precisamente por el que ingresó en el descanso.

El gol de Dybala fue suficiente para recordar que el Roma tiene un nuevo ídolo esta temporada, que Mourinho confía en él y que si está a este nivel puede marcar la diferencia en todas las competiciones. Cuarenta y cinco minutos fueron esta vez suficientes. El Roma espera al Nápoles en cuartos, que para llegar tendrá que superar en casa al Cremonese, el colista de la Serie A.