Algunos jugadores de Emelec se desmarcan a favor de la pelota, otros a favor del espacio para no depender del balón al pie. Miller es maestro de la pausa y técnica sedosa. Lealtad a un talento no siempre comprendido.

Cuando Bolaños entra al área con la pelota, con solo abrirse unos metros, ve el arco casi libre.

El remate al gol es cuestión de fracción de segundos. El que duda, pierde, y el desenlace de la jugada no puede esperar. Y es que Bolaños no mira la pelota, sabe dónde está, él la lleva, la siente. Si en el momento de definir mira el balón, lo propio hará el arquero, por lo que el delantero le estaría dando ventaja. De ahí que lo que procede es mirar al guardavalla para que éste también saque la vista de la pelota. Ahí saldrá el remate con todo el factor sorpresa en favor de Bolaños.

En otras ocasiones el jugador pone suspenso ante la tentación del remate al arco. Engancha y después define al gol. Luce mejor cerca del nueve que por la orilla, doblando marca con el lateral derecho.

LEA TAMBIÉN: Johana Ordóñez y David Hurtado hablan de supuestas irregularidades en la Federación Ecuatoriana de Atletismo. El organismo se defiende

Al balón le pega, no lo empuja. Parece que lucha solo, pero cuando le tiran la pelota encima, él abre el ataque.

¿Cómo elige el destino del centro, si su desborde llega hasta tres metros del primer palo? Lo tira hacia atrás, en forma oblicua. No hay otra. A diez metros del primer palo; lo manda por arriba del hombro del arquero o busca el remate del compañero que viene entrando por el segundo palo. Si la pelota pasa, define.

Bolaños para sociedades es seguro, porque descarga de primera y se ofrece. Le da posibilidad a los que vienen de frente y a los que llegan por los costados siguiendo la acción. Hace un juego de pies para sacarse tres hombres de encima para que le entre la asistencia al compañero, pone fiereza. Jugador aclamado.

¿Quieres seguir leyendo sin restricciones?, ¡suscríbete a EXPRESO!