Apenas tuvo la autorización para regresar a entrenar al aire libre, Johana Ordóñez no lo dudó. En compañía de su esposo, Henry Beltrán, salió a las calles cercanas a su domicilio en Cuenca.

La marchista, campeona panamericana en los 50 kilómetros, no quiere perder tiempo en su proceso de adaptación a los 20 kilómetros en busca de la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio.

“Estamos realizando un trabajo progresivo en estos primeros días en las calles, con mucho cuidado para evitar lesiones. Retornar al aire libre fue muy emocionante”, afirmó la deportista.

Detalló que se ejercitó portando un buff, ropa larga, gorra y respetando las normas de bioseguridad establecidas por las autoridades debido a la pandemia de coronavirus.

“Buscamos lugares alejados, para no tener contacto con otras personas. El sentirnos libres nuevamente hace que nuestros ánimos lleguen nuevamente 100 %”, contó la marchista, cuya prioridad es la cita olímpica.

En los próximos días acudirá a la pista Jefferson Pérez, donde compartirá prácticas con Magaly Bonilla, Paola Pérez y Daniel Pintado, según la planificación desarrollada por la Federación Deportiva del Azuay.

“Cada uno vamos a entrenar por separado, siguiendo los parámetros de seguridad. Nos indicaron que en total no pueden estar más de seis personas en la pista”, manifestó Ordóñez, quien es madre de dos pequeñas: Samantha y Tiffany.

Tras ejercitarse, la ropa la deja en una tina con detergente, las suelas de los zapatos las limpia con un poco de cloro, mientras que implementos como cronómetro, llaves y billetera los desinfecta con alcohol. Antes de saludar con sus hijas se baña y de ahí reparte su tiempo entre el entrenamiento en casa y las actividades con sus hijas.

“La madurez deportiva que ahora tengo me ayuda mucho. Soy madre de dos niñas. Distribuyo mi tiempo con el descanso, alimentación, tareas de mis niñas. En cuanto al entrenamiento en casa realizo fortalecimiento, flexibilidad, utilizo la caminadora, salto mucho la cuerda”, contó la marchista.

Sobre el regresar a los 20 kilómetros, especialidad en la que inició su carrera, detalló que “ha sido muy complejo, me cuesta más que cuando pasé a los 50 kilómetros. Trabajo muy fuerte, tengo el apoyo de una psicóloga”, contó.

Enfatizó que tiene la resistencia y se enfoca en la rapidez y la técnica necesaria en una distancia más corta, en busca de la marca de 1 hora y 30 minutos.

Johana tiene claro que siguiendo las reglas sanitarias “saldremos de esto y continuaremos con el sueño olímpico. Nos mueve mucho este objetivo, ya me imagino compitiendo en Tokio”, los que serían sus segundos juegos tras su participación en Beijing 2008.

Ahora está a la espera de la definición del nuevo calendario de competiciones, que a partir del 1 de diciembre permitirá establecer marcas de clasificación a Tokio, y así establecer en las pruebas que participará.