A una sola derrota de hacer historia en la NBA por el peor motivo posible. Así de hundidos están los Detroit Pistons, que en la última jornada encadenaron 25 partidos seguidos sin conocer la victoria tras caer ante los Utah Jazz por 111-119.

El humillante y trágico momento de los dirigidos por Monty Williams, con un catastrófico balance de 2-26, los deja al borde del récord negativo de derrotas seguidas en una temporada, que corresponde a los Philadelphia 76ers de 2013-2014 y los Cleveland Cavaliers de 2010-2011, ambos con 26 partidos consecutivos perdiendo.

El récord absoluto, si se cuenta una racha que empezó al final de una temporada y continuó en el comienzo de la siguiente, pertenece a los Philadelphia 76ers de 2014-2015 y 2015-2016, que llegaron a encadenar 28 derrotas seguidas.

Parecía que el conjunto de la ciudad de Motown en la última jornada iba a tener la oportunidad de romper su terrorífica dinámica en su duelo contra los Utah Jazz, con un discreto balance de 10-18 (duodécimos del Oeste) y que llegaron a Detroit sin sus dos máximos anotadores por molestias físicas (Lauri Markkanen y Jordan Clarkson). Pero no fue así.

Y es que desde hace dos meses todo son desgracias para unos Pistons que fueron por detrás en el marcador desde los últimos minutos del primer cuarto y que exhibieron una triste impotencia durante toda la noche.

Kelly Olynyk (27 puntos y 6 asistencias) destacó en los Jazz al frente de seis jugadores en dobles dígitos de anotación.

Además de las bajas de Markkanen y Clarkson, Utah tampoco contó con Talen Horton-Tucker y Keyonte George.

Por su parte, Cade Cunningham (28 puntos, 7 rebotes y 10 asistencias) fue el más productivo de Detroit, que se estrelló desde el triple con un pobre 9 de 31.

“Quiero ser muy cuidadoso con mis palabras porque esta derrota duele más que muchas otras. Por la situación, por un equipo (los Jazz) que jugó anoche y que te mete 50 puntos en segundas oportunidades y tras pérdidas de balón nuestras”, dijo Monty Williams.

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