La promesa de que este año El Nacional recuperaría sus años de gloria y sería protagonista en el fútbol ecuatoriano quedó solo en palabras. El cuadro militar lucha por evitar el descenso, del que por el momento se salva solo por tener un mejor gol diferencia que Deportivo Cuenca y Liga de Portoviejo, en medio de las inconformidades a la interna del plantel y con un cuarto entrenador en el banquillo.

La salida del técnico Javier Rodríguez, que llegó con la misión de salvar a los puros criollos y duró tan solo trece días en el cargo, sacó a la luz algo que era un secreto a voces: el malestar de los jugadores por los atrasos en el pago de los sueldos, que se agravó al conocer la reciente contratación del zaguero Jordan Jaime.

Un problema que ya había sido el punto de tope meses atrás entre el arquero Johan Padilla, que en ese momento era el capitán de los puros criollos, y la directiva encabezada por la presidenta Lucía Vallecilla.

Al final, después de varios cruces de acusaciones, el golero salió del club con una carta provisional como jugador libre, la que solicitó argumentando que no le habían cancelado su salario por varios meses.

De esta forma, El Nacional perdió un jugador que estaba siendo llamado de forma constante a la selección y que le pudo haber generado ingresos si era traspasado a un club del exterior, lo que según Padilla se hubiera concretado si los directivos le daban las facilidades.

Vallecilla, en cambio, señaló que nunca llegaron ofertas en firme, y desde ahí, la relación con el excapitán del equipo, se deterioró. A la par salía a la luz el intercambio de mensajes entre la presidenta y los jugadores sobre dobles contratos: uno como futbolista profesional y el otro por su imagen, lo que generó controversia.

Otro aspecto que desveló Rodríguez en su salida de los militares fue el no contar con los recursos necesarios para desempeñar su trabajo.

El estratega nacional fue el tercer inquilino del banquillo del único bitricampeón del fútbol local. Antes pasó sin éxito el argentino Jorge Montesino, quien tomó la posta del colombiano Eduardo Lara, que durante la época de aislamiento por la pandemia de COVID-19, se fue a su país y no regresó ante los cuestionamientos de la dirigencia a parte de su cuerpo técnico por respaldar la protesta de un grupo de jugadores por la falta de pago.

Ahora el exmundialista Édison Méndez, que estuvo como asistente de Montesino y Rodríguez, tiene la dura tarea de evitar el descenso de El Nacional en las siete jornadas que restan de la LigaPro. La misión inicia este domingo 22 de noviembre, cuando visiten al Olmedo, en busca de romper una racha de seis encuentros sin ganar.