Mateo Cueva supera la discapacidad y participará en el Ironman

Lejos de estancarse en la discapacidad intelectual, el triatleta ecuatoriano Mateo Cueva se fortalece en la adversidad a través del deporte, donde ha obtenido importantes logros a nivel nacional e internacional.

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El nacido en Zamora es uno de los máximos exponentes del triatlón en Olimpiadas Especiales Ecuador (OEE), torneo para deportistas con capacidades diferentes que le ha valido para impulsarse ahora al Ironman 70.3 de Manta, competencia que se cumplirá el próximo 20 de julio y donde rivalizará con deportistas regulares.

“La verdad es que me esfuerzo día a día para poder lograr cosas grandes en mi deporte. A eso hay que añadir disciplina y humildad para seguir creciendo”, apuntó Mateo, quien con 18 años es el actual campeón nacional de OEE. 

En octubre del año pasado, en su primera participación internacional, el joven ya destacó en los Juegos Latinoamericanos de Olimpiadas Especiales en Asunción (Paraguay), pues logró la medalla de bronce.

Los inicios fueron junto a su papá

Su romance con el deporte, nació hace dos años, cuando el abuelo materno del triatleta, Enrique Íñiguez, miró una publicidad de Olimpiadas Especiales y le sugirió a su papá, el coronel del ejército Richard Cueva, que lo inscriba. “Inicialmente estaba solo para la natación, pero luego se abrió el triatlón y le encantó”, rememoró el orgulloso padre, con quien vive en la Brigada de Selva N.º 17 Pastaza.

Y es que el militar fue quien le enseñó las tres disciplinas de este deporte: natación, atletismo y ciclismo. Luego, los entrenadores Horacio Hernández (ciclismo y trote) y Jonathan Herrera (natación), pulieron las cualidades de Cueva.

Si se trata de disciplina, un día de entrenamiento de Mateo empieza a las 04:30 hasta las 06:00, hora en la que se va al colegio, la Unidad Educativa Esperanza Eterna de Pastaza. Tras regresar, almuerza, hace las tareas y en la tarde inicia una nueva jornada de prácticas. 

Mateo superó la separación de sus padres

Al hablar del crecimiento de su hijo, a Richard, papá de Mateo, se le quiebra la voz porque no ha sido fácil. “Desde hace cinco años vivimos de cuartel en cuartel, pero hemos hecho una buena dupla. Tras mi divorcio, él pidió vivir conmigo y obviamente le dije que sí porque no hay que desamparar a los hijos”, precisó el coronel.

Cueva inicialmente pensó que la decisión de Mateo era de uno o dos meses; sin embargo, con el pasar del tiempo, se quedó definitivamente.

“Estoy feliz de estar con mi papi, porque con él hacemos muchas cosas y entrenamos juntos, somos ‘bodies' (amigos o panas)”, afirmó con una sonrisa el triatleta, quien añade que tiene una hermana de 13 años que vive con su mamá en Zamora Chinchipe y a quien su papá tampoco descuida.

Rumbo al Ironman 70.3 de Manta

Con todo un futuro por delante en el deporte, Cueva asegura que su siguiente reto será la participación del triatleta en el Ironman 70.3 de Manta, que se realizará el próximo 20 de julio y contará con la presencia de alrededor de 1.500 atletas provenientes de 15 países, en varias categorías, entre ellas, una para deportistas con discapacidad en la que estará el deportista oriental, y para la que ya está inscrito. 

“Tenemos el reto de que Mateo esté presente en esta carrera haciendo las tres disciplinas y distancias”, señaló el papá. Otro de los sueños de Mateo y su progenitor es intervenir en los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales, que se cumplirán en Santiago de Chile en 2027, para demostrar así que la discapacidad intelectual no es un freno sino un impulso para ellos.

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