Barcelona arrancó con pie derecho la temporada 2021. El actual campeón del fútbol ecuatoriano tuvo una interesante actuación contra el ascendido Manta FC en el estadio Reales Tamarindos de Portoviejo. Los dirigidos por Fabián Bustos derrotaron por 2-4 al cuadro manabita, pero más allá del resultado hubo una sensación positiva en ofensiva.

A pesar de alzar el título el año anterior, Barcelona tuvo un gran sostén en su zaga, pero en delantera no era un club que metía tres goles por partido. Sus grandes garantías en defensa le daban esas licencias de ganar con un gol a favor, pero todo parece que en esta temporada, Bustos tendrá un dilema por quién colocar.

Si bien los amarillos empezaron cayendo por 2-0, precisamente sus nuevas contrataciones salieron a rescatar el partido y darle vuelta. Carlos Garcés marcó el primer gol con una gran definición de zurda, Gonzalo Mastriani anotó la paridad transitoria y después Gabriel Cortez cerró la remontada con un gol de tiro libre.

“Garcés es un goleador, un jugador de buenas condiciones, dentro de un espacio pequeño del área, un jugador que define con los dos perfiles. Mastriani inició bien, pero hay que verlo en competencia y con la presión Barcelona”, dijo Janio Pinto.

Pinto apuntó que Barcelona basa “mucho su juego por el medio” y que “tiene problemas para generar por las bandas, rol que ocupan los laterales usualmente y quedan vulnerables en la zaga”.

Sobre el Loco Cortez, Pinto fue contundente. “Es un jugador conflictivo, no es un profesional fuera de la cancha y por eso pasa lo que pasa. Ojalá pueda ser cambiado de alguna forma y pueda funcionarle a Barcelona”.

Raúl Avilés también habló de la tarea en ataque del conjunto canario. “Al contrario del año pasado, que solo tenía a Álvez, Colman y Díaz para hacer daño, hoy tiene a Mastriani, Garcés, Díaz, Hoyos, López, Martínez. Va a ser un bonito problema para Bustos armar esa ofensiva”.

Siempre es positivo iniciar el año con una victoria, a los canarios les queda una semana más en Manta y volverán al Puerto Principal para su tradicional Noche Amarilla, que promete no solo un invitado de lujo, sino una lluvia de goles amarillos.