El arquero argentino Nahuel Guzmán, de Tigres de México, se mandó el show que faltaba en el fútbol, aplicando a todo rigor la frase: “para ganar, todo vale”.

En la definición por penaltis ante el Vancouver Whitecaps de la MLS, por la Leagues Cup, el golero hizo lo siguiente. En el cuarto penal, cuando el jugador serbio Ranko Veselinovic iba a patear, Nahuel fingió que le dolía el estómago y, para que se le vaya el dolor, sacó de su boca una serpentina inmensa. Una vez que logró que saliera, dijo sentirse aliviado y listo para tapar el lanzamiento.

Y cuando iba a darse la ejecución, el golero hasta hizo de mimo. Todo eso parece que desconcentró a su rival, pues Nahuel tapó el penalti, lo que al final sirvió para que Tigres ganara 5-3 y clasifique a la siguiente ronda.

Los anti-Nahuel han dicho que el reglamento de FIFA prohíbe esas distracciones, porque los guardametas no pueden “faltar el respeto al fútbol ni al adversario”.

En los 90 minutos el cotejo había terminado 1-1. El gol de Vancouver Whitecaps fue obra del ecuatoriano Pedro Vite, que anotó a los 9’.