El uno arma las jugadas y el otro es quien define. Leonel Cevallos y Abraham Rosero se conocieron hace unos tres años en el equipo Búhos de Guayaquil, pero parece que llevaran toda una vida jugando juntos.

En 2022, varias de sus jugadas, gambetas y goles se hicieron virales en las redes sociales y estas fueron a parar hasta Medio Oriente, al Al-Ain de Emiratos Árabes.

Los directivos de dicho club querían ver de cerca a la dupla juvenil (ambos de 12 años), por lo que fueron invitados a unas pasantías, que se dieron desde el 26 de febrero. Allá dejaron como ‘locos’ a los jeques.

“Un día después de haber llegado nos tocó jugar un partido ante un equipo local. De entrada a mí me dieron la camiseta con el número 10 y a Abraham con la 9. Ya sabían en qué posición jugábamos... Ese partido lo ganamos 4-1 y los dos pudimos marcar”, recordó Cevallos.

Leonel acotó que lo más complicado del largo viaje, además de acostumbrarse al cambio de horario, fue el tema del idioma, aunque eso “no era un problema” cuando entraban a la cancha.

“En los entrenamientos había un traductor, pero cuando se daban los partidos no entendíamos mucho lo que pedía el técnico (risas). Con Abraham ya sabíamos lo que teníamos qué hacer, así que no tuvimos problemas”.

La Pepona, como conocen a la sota, quien jugará esta temporada en la sub-13 de Emelec, afirmó que uno de sus principales objetivos es debutar a nivel profesional, cuando cumpla 15 años. “Quiero hacer lo que hizo Kendry Páez (debutó este año con 15 años en Independiente del Valle) y ser el nuevo 10 de la selección”.

Rosero, por su parte, quien mide 1,40 metros, aseguró que no tuvo problemas para fajarse con defensores que los superaban en estatura. “Allá el fútbol no es tan fuerte como en Ecuador. Nos tocó jugar contra las filiales del Manchester City, Mallorca y Milan, ellos tenían unos ‘gigantes’ en la defensa, pero como soy chiquito y rápido ni sabían por dónde les aparecía (risas)”.

El Messi de la Ladrillera, como conocen al atacante de 12 años, reconoció que ha recibido varias propuestas para poder jugar en dos clubes importantes de Quito. “Ahora con Leonel seremos rivales (risas). Nos tocará enfrentarnos en el torneo nacional, pero espero volver a jugar con él en alguna selección nacional”, señaló.

Rosero destacó que su principal objetivo también es llegar a jugar profesionalmente, para comprarle una casa a su familia. “Mi sueño es jugar en Europa y poder ayudar a mis padres y hermanos”.