La pelota rodaba y cada que la Tri mantenía el control, los miles de hinchas ecuatorianos en la explanada del estadio Modelo Alberto Spencer Herrara lo celebraban como un gol.

Camisetas, gorras, sombreros, vuvuzelas, medias y hasta disfraces pintados con el amarillo, azul y rojo identificaron a los fanáticos, que querían, más que nunca, relucir su nacionalidad. Desde la previa, una fiesta completa. El estacionamiento del escenario deportivo fue el masivo punto de encuentro para que los guayaquileños vivan el partido entre Países Bajos y Ecuador.

Sin embargo la temprana anotación del delantero neerlandés Cody Gakpo a los seis minutos bajó la euforia en los congregados.

Así lo vivió Kleber Espín que mencionó “queda partido y tenemos fe de que podemos remontar y ganarlo”, fueron las palabras del taxista, que tuvo que paralizar sus labores en la mañana del viernes 25 de noviembre para ver a su selección.

La primera gran emoción llegó. “¡No puede ser, estuvimos cerca Diosss!”, gritó Josefa Thais tras el gol anulado de Pervis Estupiñan a los 45 minutos. Ella junto a su esposo y dos amigos más quisieron experimentar el partido rodeados de “locos al fútbol”, según describió.

Tras el rechazo por la decisión arbitral y finalizado la primera mitad, los aficionados fueron en busca de alguna bebida hidratante que los ayude a frenar la acalorada mañana de 30 grados centígrados que azotó Guayaquil.

Inició el segundo tiempo. Rápidamente los nacionales consiguieron el empate a través de Enner Valencia, que obligó a más de uno a salirse de la fila, para ahora sí, gritar el gol contenido.

Fue una lluvia de emociones, gritos, cervezas y hasta sillas. Todo al alcance de la mano saltó al ritmo del tradicional “Sí se puede”. Los ecuatorianos se convencían al igual que sus jugadores que el partido estaba para más.

Diez minutos después, Gonzalo Plata estuvo cerca de anotar la remontada, pero el travesaño se lo negó. La batalla entre ecuatorianos y neerlandeses prosiguió y el partido terminaría igualado 1-1.

“Sumar ante Holanda era difícil pero no imposible, ahora nos jugaremos otra final ante Senegal”, expresó Otto Villarruel, que tras el cotejo quedó “satisfecho”, y con la ilusión intacta de ver por segunda vez en la historia a Ecuador en octavos de final de una Copa del Mundo.