La espiral de violencia en el fútbol es aupada por sanciones tibias
Los problemas en los estadios no han podido erradicarse. Expertos creen que hace falta más compromiso para contar con reglamentos estrictos
La suspensión del Clásico del Astillero, la noche del domingo 18 de septiembre de 2022, es solo un capítulo más dentro del largo historial de eventos vergonzosos en esta temporada.
Carlos Rodríguez, defensa central de Barcelona, fue a celebrar el gol de Erick Castillo y le dieron un botellazo en el rostro. El gol se anuló con el VAR, hubo empujones, gritos y se suspendió el evento por falta de garantías y gestos racistas.
No es la primera vez en el estadio Capwell. Hay dos antecedentes fuertes de mal comportamiento de los hinchas. Uno terminó en problemas con los jugadores de Independiente del Valle y la sanción fue de un partido sin jugar en su estadio. El otro fue invasión, castigado con una multa de $ 15.000. Eso sin contar las innumerables peleas entre sus propios seguidores en los graderíos.
Pero no solo pasa allí. En el estadio Monumental, los jugadores de Emelec festejaban y los hinchas amarillos les lanzaron objetos. En el Olímpico Atahualpa, los aficionados se metieron para agredir al árbitro en un partido de ascenso.
Para el exdirectivo de la Ecuafútbol, Álex de la Torre, este problema tiene varias aristas. La primera, indica, es que los hinchas no tienen educación. Él cree que fue apresurado sacar las mallas de seguridad de los estadios. Además, considera que los directivos no ponen mucho empeño en cambiar esta realidad porque serían los principales afectados en caso de tener un reglamento con castigos estrictos.
“Hay sanciones leves porque son aprobadas por los mismos directivos. A ellos no les interesan situaciones que los compliquen en lo económico o disciplinario. El primer paso es que tengan el compromiso de cambiar esa realidad y armar reglamentos más duros”.
Esteban Paz, directivo de Liga de Quito, admite este problema. “El reglamento es absolutamente blando y no hay consecuencias importantes a situaciones como las de ayer (domingo). Lamentablemente los dirigentes somos quienes preferimos sanciones ligeras y, por ende, se repetirán constantemente este tipo de eventos, como otros más que le hacen un daño terrible al fútbol y su entorno”.
Andrés Larriva, directivo de Independiente del Valle, reconoce que urge un cambio, ya que estos capítulos de violencia se deben a que “se está cosechando lo que se ha sembrado”.
