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Emelec volvió a dejar escapar puntos del estadio Capwell, esta vez ante Macará.API

Emelec, más de lo mismo

Jugando un fútbol aburrido y sin ideas, el Bombillo dejó escapar más puntos del Capwell. Se hunde más en la acumulada

Ni el pedido que un grupo de aficionados hizo afuera del polideportivo Samanes exigiendo más entrega de parte del plantel sirvió. Un Emelec que está muy lejos de aquel equipo que durante una década dominó el fútbol ecuatoriano apenas pudo empatar (0-0) ante Macará, en partido jugado el 24 de octubre en el estadio Capwell.

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Como ha sido característico en esta temporada, los azules tuvieron un inicio impetuoso, que apenas le duró diez minutos, luego de lo cual cayeron en el mismo fútbol cansino y sin ideas, con Roberto Ordóñez luchando solo adelante, pero sin contar con la alimentación de una línea de volantes donde Sebastián Rodríguez volvió a ser lo único rescatable, pese a que un error suyo le pudo haber costado el gol de la visita.

Los primeros 45 minutos se resumen en un par de opciones de gol que la Tuka Ordóñez y Joao Rojas no pudieron aprovechar y en el mano a mano que Pedro Ortiz resolvió bien ante Enson Rodríguez.

Para la etapa de complemento el técnico Ismael Rescalvo buscó en los cambios la solución. Comenzó en la delantera, incluyendo a Erwuin Pernía y Facundo Barceló, en sustitución de Roberto Ordóñez y Bryan Cabezas, quien nuevamente decepcionó.

El movimiento resultó inútil, porque al igual que sucedió con los que salieron, los recién ingresados nunca fueron correctamente alimentados, porque Joao Rojas, el hombre llamado a manejar los hilos del equipo, tampoco apareció.

Rescalvo le dio entrada a José Hernández y luego de José Francisco Cevallos, diferentes intérpretes, que dieron el mismo resultado, porque ninguno de ellos alcanza el nivel para ser parte de una institución con mucha historia, que en 2020 está cumpliendo la peor campaña que se recuerda en más de diez años.

Macará sintió la debilidad de los locales y se atrevió a adelantar líneas, al punto que durante algunos pasajes lució superior, haciendo rotar el esférico ante un rival que deambulaba en la cancha.

En el tramo final del encuentro la desesperación puso al Bombillo cerca de otra derrota, la cual no se dio por la mala puntería de sus delanteros.

El pitazo final mostró una escena repetida, jugadores y técnico abandonando la cancha con la cabeza abajo, sabiendo que la posibilidad de perder el título no existe y ya viendo por el retrovisor la zona de descenso.