“Se sufre mucho fuera de la cancha”, reconoció el mundialista Edison Méndez mientras posaba para un sinnúmero de aficionados, este viernes 25 de noviembre de 2022.

El Kinito vivió el partido ante Países Bajos como un hincha más. Vistiendo la camiseta amarilla, él cantó, gritó y hasta reclamó algunas decisiones arbitrales. Esta vez ya no se contuvo en las protestas, como lo hacía dentro del campo. Lanzó gran parte de su repertorio verbal. Después de todo, sufrió al igual que los dos mil asistentes al festival que se armó en Cumbayá.

Méndez, quien coincidió con el también exseleccionado Geovanny Caicedo, se subió a esa montaña rusa de emociones que inició con un susto, cuando la Naranja Mecánica se adelantó en el marcador.

Pero, cómo lo confesó, ese era un escenario posible y lo más importante era mantener la calma y seguir el plan de juego. Pero eso no sabían los demás presentes. Ellos sí lo sufrieron, al punto de convertir la fiesta en un velorio por unos instantes.

Después, al igual que el equipo nacional, los hinchas se metieron en el partido. En cada ataque o amenaza gritaban con fervor.

Entre esos altos y bajos, dependiendo de las acciones en las dos áreas, el momento más emotivo se dio cuando Pervis Estupiñán mandó el balón al fondo del arco. En ese rato la cerveza voló y se repartieron abrazos. Lamentablemente no tuvo un final feliz porque se anuló la jugada por fuera de lugar.

De todas maneras, quedó la sensación de que todo podía mejorar en el complemento. Y así fue. Enner Valencia puso el empate y los seguidores lo celebraron, aunque con cierto temor. Esperaron hasta que el VAR dé el visto bueno para, por fin, fundirse en los festejos.

Luego de este gol cantaron y gritaron por unos minutos. Después se calmaron hasta estallar con el remate de Gonzalo Plata.

Al final, el empate les dejó contentos. Tuvieron ánimo para seguir en la fiesta, con un pequeño concierto, cerveza y la confianza en que se ganará en el siguiente partido.